Texto: Patxi Loidi. Presentación: M. Asun Gutiérrez. Música: Caccini. Avemaría.
Ese niño que tienes en tus brazos no es solo tu niño Jesús, sino que es también un niño de cualquier tierra del mundo;
cada niño es tu Jesús, y tu Jesús es cada niño, pobre sobre todo; tu ternura solidaria lo sostiene en brazos como un refugio seguro.
Este niño que tienes en tus brazos es también cada hombre y cada mujer que sigue siendo el niño desamparado que fue; tú nos tienes en brazos a cada uno.
¿por qué ahora me miras tan intensamente, con tu niño en brazos? "Ya eres adulto para ayudar a tus hermanos pobres: haz lo que él te dice"
Y esa voz tuya, tan dulce y solidaria me quema las entrañas y me empuja a seguir los pasos de tu Hijo.
Ese niño que tienes en tus brazos no es sólo tu niño Jesús, sino que es también un niño de cualquier tierra del mundo; cada niño es tu Jesús, y tu Jesús es cada niño, pobre sobre todo; tu ternura solidaria lo sostiene en brazos como un refugio seguro. Ese niño que tienes en tus brazos es también cada hombre y cada mujer que sigue siendo el niño desamparado que fue; tú nos tienes en brazos a cada uno. ¿Por qué ahora me miras tan intensamente, con tu niño en brazos? “Ya eres adulto para ayudar a tus hermanos pobres: haz lo que él te dice”. Y esa voz tuya, tan dulce y solidaria me queda las entrañas y me empuja a seguir los pasos de tu Hijo. Patxi Loidi.
Dios ha mirado la pequeñez. María ha mirado la grandeza. ¡Oh dulce intercambio de miradas!, la grandeza arraiga en la pequeñez de los sencillos, la pequeñez se siente elevada por la grandeza divina. Todo queda felizmente trastocado. José Alegre