CANTOSCANTOS Noris Capín

Canto desesperado Canto ansioso Canto responsorial Canto de esperanza Canto de reconciliación CANTOSCANTOS

Canto desesperado

-¿Por qué me has abandonado, Señor? -¿No te das cuenta de que estoy en medio del desierto? ¿No sabes Señor, el peso que llevo dentro?

-¿Por qué me has abandonado, si sabes que te busco con desesperación y congoja?

-¿Por qué me ignoras y me viras la espalda, cuando más te busco en medio de mi apatía?

-¿Por qué te escondes de mi? -¿Por qué no te siento como al principio?

II Canto ansioso

Yo te busco Dios mío en el desierto, en los ríos, en las montañas y en el mar.

Sobre la espuma de las olas corro, para descansar contigo en la orilla.

En los ríos me adentro al caudal feroz de las aguas, buscando allí tu presencia. Yo te busco en la pradera y en el cantar del pájaro, te busco en la risa de un niño y al despunte señorial del alba.

Te busco en el bullicio del día y en el repicar de las campanas. En el silencio voraz me hundo, y sólo escucho el vacío de mis propias palabras.

Te busco en la tierra, en las piedras y en mi inquieto caminar me pierdo, cuando busco entre los árboles tu Santa compañía.

Busco tus huellas en el camino entonces, te llamo, grito, lloro, pero al final no te encuentro...

-¿Dónde te escondes amado mío? -¿Por qué me has abandonado, cuando más necesito estar contigo? ¡Señor, Señor, sálvame!

III Canto responsorial

- No te he abandonado, hija mía. -¿Es que acaso no me encuentras en el desierto? ¿No me ves en las colinas y en las plantas de mi huerto?

Yo Soy el captus que vive entre las piedras, y Soy la arena del vasto paraje. Soy el sorbo de agua que te da de beber cuando tienes sed, y Soy el río que espera la lluvia en tiempos de sequía.

Soy el árbol que te da sombra, cuando el sol descarga sus rayos sobre tu cabeza.

Soy la neblina que ampara tu andar errante y protege tus pasos con sabiduría.

Soy el aire que te abraza con ilusión de niño, Soy la tempestad que te avisa que vienen mejores tiempos.

Soy el calor que se adhiere a tu espíritu, cuando la escarcha cubre tu alma y la deja al descubierto.

Soy la brisa que te brinda consuelo y te sorprende con una caricia.

Soy el manantial fresco que te baña, cuando todo es incomprensible y dañino. Soy la tibia sonrisa del hermano herido; Soy la cobija que buscas cuando tiemblas en tu propio lecho.

Soy la maleza cuando te escondes del temporal severo. Soy el argumento te invita a pensar con cordura, cuando una palabra quiebra la profundidad de tu alma.

Soy el bálsamo que cubre tu rostro, cuando no hay otro remedio que cure tus dolores y tristezas. Yo Soy el que se desvive por ti, aunque no sientas que estoy a tu lado para secar una lágrima.

Soy la brisa, el calor, Soy el resplandor en días de lluvia y en tiempos grises de invierno.

IV Canto de esperanza

Y porque Soy quien Soy, te amo con todas tus imperfecciones. Porque Soy quien Soy, te salvo cuando el mar ahoga un centenar de añoranzas.

Porque Soy quien Soy, no dejo pasar la brisa sin que acaricie tu cuerpo

Porque Soy quien Soy, pongo a tus pies un nuevo amanecer y una Palabra sabia.

Porque Soy quien Soy, te recojo de entre los escombros, consumados por el llanto.

Porque Soy quien Soy, aclaro tu mirar ausente y apaciguo tu ansiedad profunda.

V Canto de reconciliación

Respira, limpia, sueña, recibe. Siente el soplo de mi Santo Espíritu, como un rayo de sol alumbrando tu vida. Vive en la paz abarcadora de mi presencia Omnipotente. Amén

Noris Capín 2008

“Así como la lluvia y la nieve bajan del cielo, y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, y producen la semilla para sembrar y el pan para comer, así también es la Palabra de mis labios no vuelve a mí sin producir efecto, sino que hace lo que yo quiero y cumple la orden que yo doy.” Isaías 55:10-11