Era ya vieja, y con ella conversé toda la noche. Evocamos nuestros recuerdos y aquel lejano encuentro, cuando allá en mi aldea éramos jóvenes.
Un día en mi jardín vi cómo se marchitaban las flores, cómo en mi hogar languidecía la luz de las antorchas y cómo en mi corazón se aposentaba la calma de lo triste.
Y al verme así, cautivo por el dolor, me dijo:
-Al principio te gozabas en los prados más hermosos y sus verdes aromas. Tu espíritu volaba hacia lo alto y se desplegaba sobre la belleza de las cosas, mas hoy todo se desvanece como una deidad apagada.
Y ahora te quedas solo en la sombra, buscando el valor de lo perdido.
Pero no dejes que se mustie tu esperanza, porque más allá de la tierra cuarteada, más allá del camino polvoriento, más allá del desierto y los abrojos y, más allá del cielo hosco y ceñudo vendrán días de oro que ya te pertenecen.
Llegará la lluvia primaveral y victoriosa. Llegará el gorjeo jubiloso del pájaro multicolor.
Llegarán las flores contemplativas, la abeja prodigiosa, el milagro de la hormiga y el sendero del amor.
Llegará la floresta rumorosa, la noche de placidez perfecta, la madrugada tibia y perfumada, la etérea mariposa, la alondra peregrina.
Llegará el valle tímido y abrigado, y la leve sonrisa de la mañana.
Y llegará, otra vez, la yerba fresca y olorosa, y otra vez llegarán las hojas verdes, mensajes de esperanza y promesas de eternidad.
Y cuando eso llegue los cestos de los hombres los cargaremos de ensueños y, tú y yo, tomándonos de las manos derrocharemos la paz de nuestras almas.
Al amanecer sentimos hambre y alguien nos sirvió cordero lechal y migas amasadas con miel, y nos escanció vino dulce de Caná de Galilea mezclado con mirra.
Después me quedé dormido, al fin, en un campo florido junto a la mies ondulante y arrullado por las alas del amor.
Las alas del amor. Texto y composición: Pedro Martínez Borrego. Imagen: Internet. Tema musical: Sei con me - Paúl Potts.