Cada de tenemos dos o tres respuestas emotivas que son verdaderos reflejos automáticos que casi siempre causan problemas.
Frecuentemente, por cualquier motivo empezamos a llorar, o iniciamos una pelea
hacemos un interrogatorio, decimos comentarios hirientes y/o nos deprimimos.
Somos como aquel perro medio aburrido que siempre está saltando encima de las personas, por cualquier motivo:
el dueño entra en la casa diez veces al día y el perro diez veces salta;
llega un amigo, el perro salta, llega un ladrón el perro ladra, salta y hasta muerde
En las personas esos reflejos automáticos, son nuestros perros emocionales, siempre están preparados para saltar, ladrar y morder.
Si se nos pide algo, nos enojamos, nos preguntan algo y contestamos con indirectas, nos hacen algo y nunca más le dirigimos la palabra a esas personas,
nos imaginamos lo que los demás puedan estar pensando y lo presentamos a otros como una verdad “absoluta” y así otros ejemplos…
Observemos esas reacciones automáticas nuestras, que se presentan sin que las planeemos,
que resultan sencillamente como nuestra forma viciada de reaccionar ante las situaciones.
¡NUESTROS PERROS INTERNOS¡ a los que primero asustan son a las personas que amamos,
a nuestros seres queridos y a los que viven muy cerca de nosotros.
Reflexiona: 1. ¿Cómo expreso a nivel físico y psicológico la rabia con mi pareja, con mis hijos e hijas y conmigo mismo? 2. ¿Cuáles son mis maneras de saltar, ladrar y morder?