Significa el mas hermoso de los cantos, el canto por excelencia. Se nos presenta como la Obra de Salomón, pero es solo un nombre prestado. Su autor era un sabio y un espiritual del siglo III antes de Cristo. El Cantar de los Cantares no es una celebración del amor humano, sino la mística cristiana. Es la búsqueda de Dios para amar a otro. El cantar es un poema que revive nuestras propias experiencias y nos toca el corazón. Es el llamado de “Alguien” que viene mas allá de nosotros. Del único Dios que ha de venir. El Señor de los Ejércitos que se dá cuando El quiere. Es el Canto sublime hacia un pueblo elegido; y en el Cantar – 4 me encontré con María, la Inmaculada Virgen, la escogida, la Amada Esposa que le robó el corazón al Dios Guerrero para dar a luz a Su Unico Hijo - El Dios del Amor – El Dios de la Salvación – El Rey – El Mesías - Cristo Jesús.+ Creado por: Lilly Medina + < ◄ ►

¡QUÉ HERMOSA ERES, AMADA MÍA, QUÉ HERMOSA ERES! TUS OJOS SON PALOMAS, DETRÁS DE TU VELO. TUS CABELLOS, COMO UN REBAÑO DE CABRAS QUE BAJA POR LAS LADERAS DE GALAAD.

Tus dientes, como un rebaño de ovejas esquiladas que acaban de bañarse: todas ellas han tenido mellizos y no hay ninguna estéril.

Como una cinta escarlata son tus labios y tu boca es hermosa. Como cortes de granada son tus mejillas, detrás de tu velo.

Tu cuello es como la torre de David, levantada para dominar; de ella cuelgan mil escudos, todos escudos de valientes.

Tus pechos son como dos ciervos jóvenes, mellizos de una gacela, que pastan entre los lirios.

Antes que sople la brisa y huyan las sombras, iré a la montaña de la mirra, a la colina del incienso.

Eres toda hermosa, amada mía, y no tienes ningún defecto.

¡Ven conmigo del Líbano, novia mía, ven desde el Líbano! Desciende desde la cumbre del Amaná, desde las cimas del Sanir y del Hermón, desde la guarida de los leones, desde los montes de los leopardos.

¡Me robaste el corazón hermana mía, novia mía! Me robaste el corazón con una sola mirada tuya, con una sola de las perlas de tu collar!

¡Qué hermosos son tus amores, hermana mía, novia mía! Tus amores son más deliciosos que el vino, y el aroma de tus perfumes, mejor que todos los ungüentos.

¡Tus labios destilan miel pura, novia mía! Hay miel y leche bajo tu lengua, y la fragancia de tus vestidos es como el aroma del Líbano.

Eres un jardín cerrado hermana mía, novia mía; eres un jardín cerrado, una fuente sellada.

Tu tierra regada da un jardín de granadas, con abundancia de frutos exquisitos y de hierbas aromáticas. Nardo y azafrán, clavo de olor y canela, con todos los árboles de incienso, mirra y áloe, con los mejores perfumes.

¡Fuente que riega los jardines, manantial de agua viva, que fluye desde el Líbano!

¡Despierta, viento del norte, ven, viento del sur! ¡Soplen sobre mi jardín para que exhale su perfume! ¡Que mi amado entre en su jardín y saboree sus frutos deliciosos! (Cantar 4, 1-16) Los deseos de la Amada:

Alabemos y demos gracias a la Santísima Trinidad que nos manifestó a la Virgen María vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona misteriosa de doce estrellas sobre su cabeza. Por todos los siglos de los siglos. Amén. Apocalipsis 12 (San José de Calasanz)

Alabemos y demos gracias al Padre Eterno, que escogió a la Virgen María por su Hija. Alabado sea el Padre Eterno, que predestinó a la Virgen María por Madre de su divino Hijo. Alabado sea el Padre Eterno, que preservó a la Virgen María de toda culpa en su Concepción. Alabado sea el Padre Eterno, que adornó a la Virgen María con todas las virtudes en su Nacimiento. Alabado sea el Padre Eterno, que dio a la Virgen María por compañero y Esposo purísimo a San José.

Alabemos y demos gracias al Hijo de Dios, que escogió a la Virgen María por su Madre. Alabado sea el Hijo de Dios, que se encarnó en las entrañas de la Virgen María y en ellas habitó nueve meses. Alabado sea el Hijo de Dios, que quiso nacer de la Virgen María y la proveyó de leche para alimentarle. Alabado sea el Hijo de Dios, que quiso ser educado por la Virgen María en su infancia. Alabado sea el Hijo de Dios, que reveló a la Virgen María los misterios de la redención del mundo.

Alabemos y demos gracias al Espíritu Santo, que recibió a la Virgen María por su Esposa. Alabado sea el Espíritu Santo, que reveló a la Virgen María, antes que a otro, el nombre suyo de Espíritu Santo. Alabado sea el Espíritu Santo, por cuya obra fue la Virgen María, a un mismo tiempo, Virgen y Madre. Alabado sea el Espíritu Santo, por cuya virtud fue la Virgen María templo vivo de la Santísima Trinidad. Alabado sea el Espíritu Santo, por el cual fue la Virgen María ensalzada en el cielo sobre todas las criaturas. Creado Por: Lilly Medina <