SECUENCIA DE LA ENFERMEDAD:

PRINCIPALES CAUSANTES DEL DESEQUILIBRIO ENERGÉTICO: Estrés Mental: Patrones repetitivos de pensamiento, pensamientos negativos, estrés por papeleo legal, preocupación por dinero, déficit de atención, hiperactividad, etc. Estrés Emocional: Depresión, miedo, ansiedad, angustia, codicia, orgullo, tristeza, soledad, confusión, abandono, familiar enfermo o inestable, etc. Estrés Ambiental: Contaminación, polen, toxinas, químicos, fertilizantes, metales pesados, computadoras, celulares, campos electromagnéticos de aparatos eléctricos, estrés geopático, etc. Estrés Físico: Fatiga, digestión, circulación, nervios, músculos, columna, sistema hormonal, medicamentos, sobrepeso, alergias a alimentos, etc.

Estrés Social: Relaciones con familia, amigos, con esposa, esposo, orientación de los hijos, estrés social de los adolescentes, etc. Estrés del Trabajo: Sobrecarga de trabajo, estrés por promoción de puestos, por competitividad, estrés por el jefe y los colegas, etc. Estrés Financiero: Flujo, ahorro en el banco, deudas, tarjetas de crédito, bolsa de valores, plan de jubilación, expansión en el estilo de vida, gastar más de lo que se recibe, etc. Estrés Político: Terrorismo, estrés inducido por los medios de comunicación, elecciones, incertidumbre del futuro del país, guerras, etc. Estrés por los Alimentos: Comidas rápidas, comidas mal procesadas, uso de microondas, calidad nutritiva del alimento, cantidad de agua que se bebe, etc. Estrés por Agentes Patógenos: Bacterias, virus, hongos, parásitos.

MEDICINA QUÁNTICA Y ENERGÉTICA: La ciencia que sólo estudia la Materia, sin considerar la Energía, cubre solo una billonésima parte de todos los fenómenos que suceden en el Cosmos, emitiendo conclusiones unilaterales e incorrectas. Lo anterior se basa en la constante de la Naturaleza donde:                                  Nuestro cuerpo es mucho más que una sofisticada computadora, contiene y procesa millones de datos de información por segundo mediante reacciones bioquímicas. Somos lo que pensamos. Los pensamientos producen actividad eléctrica modificando constantemente la bioquímica del cuerpo, cambiando su estructura y en ocasiones provocando un desequilibrio. El cuerpo procesa diferentes tipos de energía: eléctrica, magnética, lumínica, sónica, térmica y química