Un Dios crucificado y resucitador Textos procedentes del libro “CREER EN JESUCRISTO. VIVIR EN CRISTIANO. CRISTOLOGÍA Y SEGUIMIENTO” del dominico FELICÍSIMO MARTÍNEZ DÍEZ

Dios ha muerto en la cruz. Se ve profundamente afectado por el sufrimiento. No interviene. Este “no hacer” de Dios viene a decir que el sufrimiento del inocente no tiene sentido; pero la resurrección nos vendrá a decir que ese mismo sufrimiento tiene futuro.

En la cruz Dios asume la impotencia humana. Dios guarda silencio. En la cruz Dios asume la impotencia humana. Quiere seguir respetando su creación, especialmente la libertad del ser humano.

El sufrimiento es una forma de ser del Dios encarnado, que asume la condición humana por amor, lleve a donde lleve. El Dios encarnado y el Dios crucificado es esencialmente el Dios solidario.

El Dios hecho hombre es impotente, o se hace impotente, para reaccionar contra la libertad humana; se hace incapaz de negar o renegar de la libertad humana. Prefiere ser víctima de esta libertad deshumanizada.

Renuncia a utilizar el poder divino contra la libertad humana Renuncia a utilizar el poder divino contra la libertad humana. Renuncia al uso de la omnipotencia divina para neutralizar el abuso de la libertad humana.

Reacciona respetando la libertad humana, la autonomía de la creación y de la historia; sometiéndose él mismo a las consecuencias del uso indebido de la libertad humana. Renuncia a imponer la justicia con “brazo poderoso”.

Tras la pasión y muerte, Dios resucita a Jesús Tras la pasión y muerte, Dios resucita a Jesús. No es un Dios de muertos, sino de vivos. Y el Dios que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros. Desde la resurrección de Jesús, Dios puede definirse como el que resucita a los muertos y los devuelve a la vida.

El Dios de la resurrección es el Dios fiel a la promesa El Dios de la resurrección es el Dios fiel a la promesa. La experiencia pascual despeja las dudas, los miedos y la frustraciones que los discípulos habían padecido durante y después de la pasión y muerte de Jesús. El Dios que resucitó a Jesús se revela como el Dios que hace justicia a las víctimas.

El Dios de la resurrección es el Dios de la nueva creación. El Dios que resucitó a Jesús es el Dios de la promesa que mira hacia el futuro, no sólo el Dios de las promesas que vienen del pasado. El Dios de la resurrección es el Dios de la nueva creación. El Dios que resucitó a Jesús es el Dios de toda la humanidad.

Un Dios crucificado y resucitador Textos procedentes del libro “CREER EN JESUCRISTO. VIVIR EN CRISTIANO. CRISTOLOGÍA Y SEGUIMIENTO” del dominico FELICÍSIMO MARTÍNEZ DÍEZ