Novena al Padre Pío Acto de contrición para cada día Señor Jesús, que abriste los ojos a los ciegos, sanaste a los enfermos, perdonaste a la pecadora, y después de la negación, confirmaste a Pedro en tu amor; Atiende mi súplica: Perdona mis pecados, renueva en mí tu amor, Concédeme vivir en perfecta unidad fraterna para que pueda anunciar a todos los hombres tu salvación. Amén.

Séptimo día Oh, Padre Pío de Pietrelcina, que has adherido al proyecto de salvación del Señor, ofreciendo tus sufrimientos para liberar a los pecadores de los lazos de Satanás, intercede cerca de Dios para que los incrédulos tengan fe y se conviertan, para que los pecadores se arrepientan en lo profundo de su corazón, para que los tibios se pongan fervorosos en su vida cristiana y para que el justo persevere en el camino de la salvación.

Palabras del Padre Pío “Hijos míos, quiero alentarlos a que continúen su vida de amor a Dios y a la Santísima Virgen. Que en sus corazones resuene un himno incesante de acción de gracias a Dios, Padre Señor de todas las cosas, que los ama con predilección y les manifiesta tanta piedad y tanta misericordia.

Que resuene también en sus corazones y en sus labios el himno de alabanza a María, que es el Rosario. Ella los ha destinado a que sean los apóstoles de esta hermosa oración que el demonio quisiera hacer desaparecer de la faz de la tierra, porque es fuente de bienes celestiales y arma poderosa contra el mal. Les afirmo que por medio del Rosario he podido obtener innumerables gracias para todos los que recurrían con fe y confianza a mi oración.

Es una oración embalsamada que rodea el trono de la Virgen y perfuma sus manos. Hagan que esta oración surja verdaderamente del corazón, viviendo los misterios gozosos, dolorosos, gloriosos y luminosos que representan la vida de Jesús y de María en la tierra. Pongan una intención general y una particular cada vez que reciten el Rosario y hagan que, por medio de esta oración, descienda sobre el mundo entero una lluvia de gracias”.

“Si el pobre mundo pudiera ver la belleza del alma en estado de gracia, todos los pecadores y todos los incrédulos se convertirían al instante”. Padre Nuestro, Ave María y Gloria Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.