Misioneros Espiritanos Congregación del Espíritu Santo y del Inmaculado Corazón de María
“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.” (Lc.4,18-19)
Enviado por el Padre y consagrado por el Espíritu Santo, Jesús el Cristo, vino a salvar a todos los hombres.
Llamados por el Padre y “separados” para anunciar la Buena Nueva del Reino, los Espiritanos respondemos a esta llamada en la Congregación del Espíritu Santo bajo la protección del Inmaculado Corazón de María.
Fundadores: Claudio Poullart des Places, joven abogado de 24 años, siendo seminarista fundó en la fiesta de Pentecostés de 1703 el seminario del Espíritu Santo. Murió en 1709, a los dos años de su ordenación sacerdotal.
Francisco Libermann, hijo de un rabino judío, convertido a los 24 años al catolicismo, funda en 1842 la Congregación del Inmaculado Corazón de María, que en 1848 se fusionará con la del Espíritu Santo.
Actualmente somos casi 3000 misioneros que trabajamos en unos 60 países del mundo, en los cinco continentes.
Vida apostólica: Nuestra consagración reviste tres dimensiones esenciales: - anuncio de la Buena Nueva -práctica de los consejos evangélicos -comunidad fraterna y orante.
La evangelización de los pobres es nuestro fin Vamos especialmente a los pueblos, grupos y personas que no escucharon aun el mensaje evangélico, o apenas lo han escuchado, a aquellos cuyas necesidades son mayores y a los oprimidos.
Consideramos como parte constitutiva de nuestra misión de evangelización: - la liberación integral del hombre; - la acción por la justicia y por la paz; - y la participación en el desarrollo.
Espíritu Apostólico Tomando a María por modelo, vivimos nuestra misión, en la docilidad al Espíritu Santo.
“Un solo corazón y una sola alma”. Reteniendo como ideal de vida fraterna y apostólica lo que se decía de las primeras comunidades cristianas, la Congregación ha tomado como lema: “Un solo corazón y una sola alma”.