Había una vez, hace mucho tiempo, una pequeña concha era hermosísima, blanca y café
Estaba en el fondo del mar cuidada por las ondas marinas, vivía entre estrellas y caballitos de mar. Estaba en el fondo del mar cuidada por las ondas marinas, vivía entre estrellas y caballitos de mar.
Hasta que una tempestad llegó hasta ella quitándole casi la vida
La violencia de las olas le dió vuelta a la pobre concha una y otra vez haciéndola rodar, girar, y hasta fastidiarse. La violencia de las olas le dió vuelta a la pobre concha una y otra vez haciéndola rodar, girar, y hasta fastidiarse.
Llevándola muy lejos hasta que adolorida se paró en una playa,
Trataba de entender donde estaba; y qué le había pasado…. Cuando de improviso un dolor muy fuerte le transpasó el corazón
¿Qué había pasado? Por qué tanto dolor? Durante la tempestad una piedrita, logró entrar en su interior
Era una pequeña piedra que le hacía tanto, tanto mal en su carne
La concha trató de moverse para “expulsar la piedra” no pudo... Y trató de hacerlo varias veces sin ningún resultado. El dolor no le pasaba… y la concha desesperada lloraba
…y lloró hasta que las lágrimas cubrieron la piedrita …y lloró hasta que las lágrimas cubrieron la piedrita
El dolor empezaba a disminuir… pero la concha no se resignaba….antes bien, cada día probaba a botarla…. pero ya hacía parte de ella. El dolor empezaba a disminuir… pero la concha no se resignaba….antes bien, cada día probaba a botarla…. pero ya hacía parte de ella.
Un día un pescador la atrapó en su red, junto con los peces Un día un pescador la atrapó en su red, junto con los peces
la cogió, la abrió y … oh maravilla encontró entre sus manos rudas y callosas una perla una perla bellísima y reluciente la cogió, la abrió y … oh maravilla encontró entre sus manos rudas y callosas una perla una perla bellísima y reluciente
La giró y regiró.. Era perfecta. Los pescadores saben que cada perla tiene una historia para contar. La cogió y la acercó al oído La giró y regiró.. Era perfecta. Los pescadores saben que cada perla tiene una historia para contar. La cogió y la acercó al oído
Escuchando pensó en su vida, cuántas tempestades había atravesado, cuantas soledades, cuantas crisis y rebeliones…
Cuántas lágrimas se habían mezclado con las gotas del mar! Cuántas lágrimas se habían mezclado con las gotas del mar!
Pero aquellas lágrimas habían hecho el milagro de la felicidad que no había tenido Pero aquellas lágrimas habían hecho el milagro de la felicidad que no había tenido
Era una perla fruto del dolor, de la renuncia y de la paciencia
De aquella piedrita que entra dentro de ti y no vuelve a salir
Hay una perla capaz de dar alegría a quien se te acerca Hay una perla capaz de dar alegría a quien se te acerca