U n a m a e s t r í a e n e l a m o r
El Pensamiento Racional y las relaciones interpersonales Cuando lo utilizas al conocer nuevas personas: las observas, las calificas, las clasificas, concluyes y cierras el proceso. Esta forma de pensar es demasiado aguda para mirar a tus semejantes.
El Pensamiento Asociativo y las relaciones interpersonales Al asociarte directamente con la persona: Descubres a través de ojeadas rápidas cosas que te agradan Las unes al azar y construyes los significados sobre esa persona No te dejas influenciar por etiquetas, suposiciones, comparaciones, convencionalismos o conclusiones.
No midas al otro, sólo intenta captar una ráfaga de él, y compártela con esa persona (ej.: tu blusa es bonita, tu idea es diferente, fuiste muy amable o muy sensible, etc.). Continúa expresando lo que sientes y dejando a esa persona tiempo para responderte. En cada persona hay aspectos evidentes, y otros ocultos que puedes capturar sólo por vistazos. Pregúntate ¿cómo puedes relacionarte con ella? ¿qué es lo que te conmueve, te emociona, te afecta, te interesa o te intriga de esa persona?
El punto no es si la otra persona es tediosa o interesante, sino descubrir cómo están juntos, cómo es la comunicación que emerge entre ustedes (agradable o bloqueada, plena o mínima, de alta calidad o con interferencias) Y si encuentran nuevos aspectos que les interesen, les emocionen o aprecien del otro; continúen expresándolo y esperando una respuesta; descubriendo juntos esa nueva relación.
Estos son los primeros pasos hacia el amor. El Señor ama en cada uno de nosotros esas pinceladas únicas con las cuales nos creó. Asociémonos con esa presencia de Dios en cada uno, y sintamos como somos todos la misma esencia. Esa es la Maestría del Amor.