Es impresionante cómo en países desarrollados tales como Francia, donde supuestamente el nivel de vida es muy alto, el suicidio es la tercera causa de muerte por debajo de las enfermedades coronarias y el cáncer.

En los trabajos a los empleados se les trata como a máquinas. Cada día se les exige más y más.

El que vive en estas condiciones se encuentra atrapado en un mundo donde la competitividad es feroz y se vive contra reloj, todo es trabajo en exceso, urgencias permanentes y traslados a otras ciudades, los directivos practican la gerencia del terror.

Esta forma de trabajo produce un estrés constante y una desorganización tan grande en la vida de las personas, que ni siquiera tienen tiempo para su familia, sufren de soledad y depresión, eso si rodeados de comodidades de todo tipo, pero con una insatisfacción muy grande.

Entonces, ¿de qué vale el estatus? ¿a caso se llega a algo, ó simplemente es un espejismo?

Los problemas debemos atajarlos a tiempo y darnos cuenta qué es lo que nos esta dañando, indudablemente es imposible estar bien en un lugar donde solo se debe dar, hasta llegar a la extenuación y no recibir nada positivo a cambio.

Nuestra vida no debería basarse en cosas que solo satisfacen nuestra vista, por este motivo se puede caer en el error de aceptar trabajos como estos.

Debemos aprender a mirar nuestro interior, de esta manera podremos darnos cuenta de que es lo que nos falta y buscar la ayuda necesaria y efectiva.

Dios nos advierte poniendo como ejemplo la vida de Salomón, quien fue el rey sobre Israel en Jerusalem con mas sabiduría y conocimiento, el mas grande en riquezas, todo lo que deseó lo tuvo, llego a acumular plata, oro, edificó palacios, viñedos, huertos, jardines, estanques de agua para regar sus arboles frutales, tuvo esclavos, hacienda de vacas y rebaños, hasta un harén de concubinas.

Con todo lo que tenía llego a aborrecer todo su trabajo en el que se había afanado viendo que tenía que dejar todo el fruto de su esfuerzo a alguno sabio o necio que vendría después de él. Su corazón entró en desesperación y dijo: Eclesiastés capitulo: 2 versículos: del 21 al 24 : ¡que un hombre trabaje con sabiduría, conocimiento y maestría, y tenga que dejar su porción a otro que nunca se afanó en ello, esto es vanidad y grande mal!

Entonces, ¿qué saca el hombre de todos sus afanes y del ansia de su corazón con que tanto se fatiga debajo del sol? Porque todos sus días son dolorosos, y su tarea, frustración, pues ni aun de noche su corazón reposa; y esto también es vanidad. No hay mejor cosa para el hombre que comer y beber, y hacer que su alma vea lo bueno de su trabajo. Y he visto que todo proviene de la mano de Dios.

Agrademos a Dios en todo tiempo, pongamos todas nuestras decisiones en sus manos. Nunca dejemos de dar gracias a Dios por los bienes recibidos, ya que todo cuanto tenemos proviene de Él.