LOS JUSTOS ENTRE LAS NACIONES Trabajo realizado por la profesora Delia Aguilar. Revisado y adaptado por el profesor Heinner R. Molina

Los justos entre las naciones Colaborador de los judíos que cumple los siguientes requisitos: Ser no judío que ayuda a judíos indefensos, bajo amenaza de muerte o de ser deportados. Poner en riesgo su vida, seguridad y libertad personal. No exigir o recibir recompensa material o sustancial. Haber actuado en contra de las órdenes y leyes del Estado (en el caso de los diplomáticos) Inscripción a la entrada del "Paseo de los Justos", en el "Memorial Yad Vashem" de la ciudad de Jerusalén.

Formas de colaboración Algunas de las formas en que estas personas colaboraron son las siguientes: Ocultamiento de judíos en los hogares de los rescatadores o en sus propiedades. Falsificación de documentos e identidades. Traslado clandestino y asistencia para la fuga. El rescate de niños.

Algunos justos entre las naciones Irene Sendler, conocida como el Ángel de guetto de Varsovia. Ella fue una enfermera polaca que se encargó de salvar a 2500 niños judíos en un lapso de año y medio. Los sacaba del guetto en bolsas, sacos, carretones y hasta ataúdes. Además, llevaba un registro secreto con las direcciones de las familias que recibían a cada niño y el nombre real de cada uno.

Aristides Sousa Méndez, cónsul portugués Aristides Sousa Méndez, cónsul portugués. Portugal se había declarado país neutro durante la Segunda Guerra Mundial, así que se declaró que no se darían visas a ningún judío. Sin embargo, él desobedeció y entregó gratuitamente más de 30 000 visas a refugiados, 12 000 de ellos judíos.

Sempo Suhigara, vicecónsul japonés en Lituania Sempo Suhigara, vicecónsul japonés en Lituania. Japón tenía una política neutra hacia los judíos, pero las leyes migratorias otorgaban visas solo a aquellos que cumplieran una serie de requisitos, principalmente caudal económico. La mayoría de judíos carecía de fondos, por lo que Suhigara y su esposa se dedican a firmar 10 000 visas a refugiados, que lograron escapar. Los soviéticos lo obligan a detenerse y a abandonar Lituania. Es obligado a renunciar a su cargo en 1947.

Andree Gueulen, maestra belga, quien nota el proceso de segregación al ver a algunos de sus alumnos con la estrella amarilla, por lo que se une a una organización clandestina y funda una escuela, la cual en 1943 sufrió una redada de los alemanes. Todos fueron arrestados y los profesores interrogados. Su participación en las tareas de rescate se volvió más activa y durante más de dos años reunió niños y los llevó a familias cristianas o a monasterios. Después de la liberación se encargó de recoger a los niños de las familias adoptivas para devolverlos a los padres.