Era un librito pequeño y blanco, bordes de oro, cubiertas de nácar, dentro metí una estampa con tu nombre, María, recuerdo hermoso de la Comunión primera.
Pasó la infancia, y llegaron los olvidos primeros de las cosas buenas, de las cosas santas, pero tu imagen, Madre, seguía dentro del librito pequeño y blanco.
Fue transcurriendo el tiempo, tanto, que no recordaba cuánto que no veía el librito pequeño y blanco.
Hoy, al relente de los años, han vuelto los recuerdos de los años idos, de las cosas santas, y al abrir aquel librito pequeño y blanco mis ojos se han encontrado con la estampa recuerdo de la Comunión primera, María, cuyo solo nombre me sabe a Madre.
Libro de Primera Comunión Era un librito pequeño y blanco, bordes de oro, cubiertas de nácar, dentro metí una estampa con tu nombre, María, recuerdo hermoso de la Comunión primera. Pasó la infancia, y llegaron los olvidos primeros de las cosas buenas, de las cosas santas, pero tu imagen, Madre, seguía dentro del librito pequeño y blanco. Fue transcurriendo el tiempo, tanto, que no recordaba cuánto que no veía el librito pequeño y blanco. Hoy, al relente de los años, han aflorado los recuerdos de los años idos, de las cosas santas, y al abrir aquel librito pequeño y blanco mis ojos se han encontrado con la estampa recuerdo de la Comunión primera, María, cuyo solo nombre me sabe a Madre. Juan Manuel del Río