El nacimiento de Jesús despierta un dinamismo vital. El, que es Camino, puso a todos en camino, para encontrarle. Maria, camina por las montañas para ayudar a Isabel. Una orden imperial pone en camino a José y a María hacia Belén. Caminan por la ciudad, en busca de posada y salen a las afueras...porque no hubo sitio para ellos Desde lejanas tierras, caminaron en su búsqueda unos sabios soñadores, siguiendo una estrella LC.2,1-7

“Vino a los suyos y los suyos no le recibieron” Una mujer expulsada, prófuga, exilada, es la madre de Dios sobre la tierra Mientras la ciudad duerme en su egoísmo, los pastores, también expulsados, impuros, escuchan en la noche, la llamada de Dios Lc. 2,8-20

“María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón” María es la interioridad del mundo, porque acoge y piensa, como amiga de Dios y liberadora de las personas Vemos una madre con el niño; es la mujer que da la vida, en un mundo, que no tiene un lugar para las madres que alumbran: para los niños que nacen en el camino Lc.2, 19

Mateo resalta en María la condición de madre perseguida. Tiene que escapar a Egipto, donde vive como refugiada peligrosa, fugitiva Entre fugitivos y perseguidos ha crecido Jesús, en las fronteras de la cárcel. Allí tenemos que buscarle y encontrarle Entre fugitivos y perseguidos ha crecido Jesús, en las fronteras de la cárcel. Allí tenemos que buscarle y encontrarle. Donde es más fuerte la opresión lo hallamos con María y José Mt. 2,13-15

“Vieron al NIÑO con MARÍA y postrándose, le adoraron” Han venido desde Oriente estos sabios soñadores, buscando lo inaudito, recorriendo caminos, buscando en libros, estrellas y oráculos..., para descubrir, al fin, lo más sencillo, aquello que podían haber visto en su países: UN NIÑO con su MADRE Nos negamos a ver lo que está cerca y sólo al fin de un largo camino, lo entendemos: los niños con madre son signos de Dios, más los perseguidos, indocumentados... La grandeza de Dios está escondida en lo pequeño. Lo más fuerte del mundo es el niño débil María y José cuidan y esconden a este Niño peligroso Mt.2,1-12 (Imagen del retablo de la Catedral románica de Salamanca (s. XV), de ambiente florentino)

Jesús vivió en Nazareth, escondido, en completa sumisión a sus padres, descubriendo cada día más fuertemente su relación con el PADRE y los hermanos. María fue su gran maestra. Ella, iba guardando en su corazón todos los acontecimientos y las palabras oídas, en la vida de su Hijo, asumiéndolas en el mismo “hágase” de su total disponibilidad al Dios amado y amigo Lc. 2,39-52