Teorías de la Personalidad.

Las estructuras de la personalidad. Preconsciente: recuerdos y aprendizajes que no son conscientes, pero que pueden llegar a serlo. Inconsciente: no es consciente, ni puede llegar a serlo, porque esta reprimido. Se compone de pulsiones innatas. Censura: cumple la función de la represión.

Segunda estructura. El Yo: se compone de elementos consciente (percepción), preconscientes e inconscientes (mecanismos de defensa). El EllO: se compone de todas las pulsiones innatas reprimidas, y de todo lo que ha sido reprimido, es la parte más primitiva del aparato psíquico.

El SUPER YO: equivale a una especie de moral arcaica, que resulta de la inteorización de las prohibiciones familiares. El niño es un ser amoral, que desde estas interizaciones, convierte a esta moral en una especie de vigilante del yo.

Las pulsiones. Pulsiones sexuales: se encuentran al principio fragmentadas y dispersas: se fijan en diversos órganos del cuerpo y se satisfacen con diversos objetos. Se rigen por el principio del placer. Y sólo se unifican con la primacía de la genitalidad.

Pulsiones de autoconservación: se rigen por el principio de realidad Pulsiones de autoconservación: se rigen por el principio de realidad. Aún cuando Freud admite que todas las pulsiones son sexuales a estas las llama también necesidades. Estas necesidades sirven de apoyo a las pulsiones sexuales.

Eros y thanatos. La posterior modificación de su teoría de las pulsiones, proponen la integración de las anteriores en el Eros y se añade la pulsión de la muerte o thanatos (todo organismo se dirige hacia un fin.

Los principios. Principio del placer: toda actividad psíquica tiene por finalidad evitar el displacer y procurarse el placer. Por placer se entiende la disminución de la excitación, es decir, reducir las tensiones.

Principio de realidad. Es una modificación del principio anterior. La búsqueda del placer se hace en función de las condiciones exteriores. Surgen así las funciones de adaptación o ajuste a la realidad: atención, memoria, ajuste o adaptación a la realidad. La imaginación permanece siempre subordinada al principio del placer.

Compulsión de repetición. Existe algo más radical que el principio del placer, y es la compulsión de repetición. Esta es la tendencia a repetir las experiencias fuertes, ya sean sus efectos agradables o desagradables. Esta es la base de la pulsión de la muerte.

Fases del desarrollo de la personalidad. Los principales rasgos se establecen en la infancia. El desarrollo puede detenerse en una fase intermedia, entonces se produce una fijación. Cuando en ocasiones un adulto se comporta como un niño, ocurre lo que se denomina regresión (m de def.).

Las diversas fases se determinan según las zonas u órganos de satisfacción de las pulsiones. Se distinguen 4 fases: oral, anal, fálica, latencia, genital. A cada fase le corresponde una serie de rasgos de comportamiento. Estos tienen carácter bipolar.

Continuadores de Freud. Jung: postuló la existencia del inconsciente colectivo y suprapersonal que se manifiesta en los símbolos de los sueños y en los mitos de las religiones. Hay un extracto arcaico en la mente humana, que es el origen de la producción de imágenes comunes a todas las culturas y épocas.

Quita el carácter sexual a la libido, y plantea dos tipos básicos de personalidad: el introvertido y el extravertido. Adler: introduce las variables sociales. El niño desde un primer momento es un ser social, y en él los primeros movimientos egoístas van siendo reemplazados por el interés social.

Horney: rechazó la concepción freudiana del complejo de Edipo, así como las fases del desarrollo, igualmente negó el carácter innato de la agresividad. Destacó como elemento fundamental la necesidad de seguridad que siente el niño frente a sus padres.

La ansiedad le crea una no posible aceptación por parte de los padres conduce a la creación de mecanismos de control y a la formación de tres tipos básicos de personalidad: el tipo sumiso, agresivo y el desprendido (que huye de toda relación.

Fromm: su concepción de la personalidad tiene un marcado carácter sociológico. Define el carácter como la forma en que la energía humana es canalizada por los procesos de asimilación y socialización.