ME SIENTO COMO UN CAÑÓN Gerardo Alegría Bazán Avanzar manualmente
Ha llegado la vejez con afán de destruirme pero yo me he puesto firme y contra ella lucharé. El pasado que se fue sacó ida sin regreso y no conforme con eso, se llevó mi juventud dejándome sin salud, feo, viejo y con sobrepeso.
Pero, creo que estoy sano Pero, creo que estoy sano. No soy una persona achacosa aunque tengo varicosas y un tobillo se me inflama. A veces cojo la cama y aunque me duele un riñón, fatiga en el corazón, mucho dolor en los huesos, y a pesar de todo eso, ¡me siento como un cañón‼
Todos tenemos problemas, aunque piensen lo contrario Todos tenemos problemas, aunque piensen lo contrario. Y a mí en este calvario, me pone en un dilema; cuando tengo alguna pena, siento una gran opresión, que me empieza en el pulmón y me llega hasta los huesos. Y a pesar de todo eso, ¡me siento como un cañón‼
Yo pienso que estoy entero y lo voy a demostrar, aunque luego al caminar, me molesta la cadera. Para caminar afuera, ya necesito bastón, que me evite un resbalón o en la calle algún tropiezo. Pero a pesar de todo eso, ¡me siento como un cañón‼
Tengo en un brazo bursitis, dolor en una costilla y me falla una rodilla porque padezco de artritis. Tengo en una pierna flebitis, en el cuerpo comezón y se me encoge un tendón que el cuello me pone tieso. Y a pesar de todo eso, ¡me siento como un cañón‼
Si cuenta no quiero darme de que mi rostro está viejo, al pasar por un espejo yo trato de no mirarme; aunque trato de engañarme, mi cara es un acordeón mi cuerpo es un armazón, pero lucho por vivir. Y les quiero repetir ¡me siento como un cañón!
¿No recuerdas quién te envió este mail? No te preocupes, quien te lo envió, tampoco recuerda que te lo mandó a ti.
Envíalo a todos tus amigos de “la tercera edad”. No me acuerdo si yo ya lo hice...
Ah, y también envíalo a los “más jóvenes” para que vean “lo que les espera” y aprecien “lo que tienen hoy”.