SENTIRES EN LA NOCHE PREVIA A LA “BATALLA DE SARANDI” Corría el año 1825, los brasileros ocupaban los campos del Plata, donde, a pesar de su presencia, crecía fuerte y en silencio el fermento de la ansiada libertad, crecía en todos, y en cada uno de los criollos orientales de manera tibia pero firme, en los corazones de aquellos hombres, donde, la ansiada libertad se palpitaba cada día con mayor necesidad, coraje y entusiasmo.

12 de octubre de 1825 Entusiasmo éste, guiado por la palabra de aquel General, de aquel Hombre que conocía como pocos los caminos del sentir, alma del criollo, así como también conocía los caminos de la patria por haberlos recorrido, en ocasiones, cegado por el sol del mediodía y en otras, cubierto por el manto oscuro e impenetrable de la noche, donde solo el chistido del búho vigilante, guiaba celosamente sus pasos … Hombre este que supo despertar, encender, guiar y hacer vibrar los corazones de aquellos hombres que sin dejar de temer por su futuro, prefirieron luchar por su patria libre que resignarse a vivir con la opresión eterna del alma.

Hombres que sin dejar de sentir temor aquella noche previa... A aquel 12 de octubre glorioso, supieron con desconocida ternura secar las lágrimas que, seguramente rodaron por las mejillas de su “china” al despedirse… quien, en un juramento casi sagrado prometió esperar “sin tiempo” su regreso.

Hombres que sin dejar de sentir temor, se atrevieron a despedirse de sus güirises, haciéndoles comprender que la vida merece ser vivida en libertad y que la muerte merece ser vivida desde el honor

Hombres que sin dejar de sentir temor, recurrieron como niños a los brazos de su madre para recibir aquella “bendición” necesaria para esperar confiados el amanecer de un nuevo día que podría ser el último.

Hombres que sin dejar de sentir temor, tomaron entre sus manos con sentida emoción a su guitarra, compañera eterna de noches de fogón, donde, más de una vez, entonaron acordes soñados con la libertad y con quien a modo de rezo, tantas otras, cantaron lamentos de opresión.

Hombres que sin dejar de sentir temor, escogieron al mejor de sus caballos, al más fuerte, al más bravo para que los acompañase en la orden de “Avanzar” que al amanecer de aquel 12 de Octubre de 1825 les daría el General

Y no sin sentir temor aquellos hombres vieron esconderse la luna, que aquella noche fue testigo silencioso de sus sentires, para comenzar a ser iluminados por los primeros rayos del amanecer sin que antes sus corazones palpitando de emoción, anhelo y bravura invocaran con infinita devoción y confianza a la Madre del cielo, a la Madre de todos para que los acompañase y protegiese en la lucha por la libertad de su patria, de sus vidas y la de sus hijos, y la de los hijos de sus hijos... Y por esa libertad que hoy nosotros tenemos. A modo de respeto y agradecimiento a aquellos criollos de corazón tiernamente endurecidos, prometemos: defender, honrar y merecer estando siempre con nuestras Carabinas de Justicia en la espalda y nuestros Sables de honor en mano, dispuestos a que nuestros pechos vibre cada día con la frase ¡ VIVA LA PATRIA! Comisión de Cultura – Dirección: Nansi Vallarino