1 32 Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo Traducción y Adaptación de Vers le Dimanche editado por Christ Source de Vie, Toulouse HACIA EL DOMINGO 3º DEL TIEMPO ORDINARIO Para Orar Cada Día el Evangelio del Domingo Próximo Del Lunes 20 al Domingo 26 de enero  Hacia el Domingo 3º del Tiempo Ordinario  Orar en el Corazón del Mundo: para que los cristianos de las diversas confesiones puedan caminar hacia la unidad deseada por Cristo.  Una manera de vivir el bautismo (3/3)  Orar en la Casa: Los llamados… Hacia el Domingo 3º Del Tiempo Ordinario Evangelio de Jesucristo según san Mateo Capítulo 4, versículos 12 al 23 “Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea. Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaúm, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: "¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones! El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz." A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca». Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres». Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron. Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca de Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron. Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente”.

M AR 21 M IÉ 22 L UN 20 J UE 23 A partir de este momento, como lo había hecho Juan Bautista antes que él, Jesús se pone a proclamar: “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”. El día de hoy, a nosotros nos toca decirlo y hacerlo. En las conversaciones, en los encuentros, aprovechando las ocasiones que se nos presentan naturalmente, debemos dar testimonio del Reino que se acerca. Para vivir así, abro mi corazón a su presencia. Él ve Él escucha Él da testimonio Al alba de un hermoso día soleado, Jesús caminaba a orillas del lago. Vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, que echaban sus redes. Así, en medio de nuestras vidas y de nuestras tareas humanas, Cristo viene a nuestro encuentro: un día, al alba, una noche o en medio de la jornada, al momento en que menos lo esperamos. Hago memoria de este instante en el que Cristo me habló. Juan Bautista que predicaba en el desierto hizo reproches a Herodes sobre el modo de vivir en su corte. Y por ello fue arrestado. Cuando Jesús se enteró del arresto de su primo, abandonó Nazaret y se retiró a Galilea probablemente por miedo de que Herodes también lo molestara. Oro por todos los hombres y mujeres que están en peligro por que defienden sus opiniones, actúan por la justicia y la paz. Se retiró Jesús se retiró, se aleja para hacer retiro. Abre el libro de las Escrituras y escucha las palabras del profeta Isaías: “El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz”. Escucho estas palabras como Cristo las oyó: un llamado a ser luz para el mundo en el lugar donde vivimos y trabajamos, humildemente.

V IE 24 Orar en el Corazón del Mundo con el Papa Francisco “¡Levántate, él te llama!” Recordamos este versículo extraordinario que narra cómo los discípulos trasmiten a un ciego el llamado de Cristo. Con frecuencia, así sucede. Mientras estamos en la oscuridad, la duda, detenidos a orillas del camino, alguien pasa, nos habla, nos alienta y nos ayuda a continuar nuestro camino (¿en nombre de Cristo?). Sorprendente. Me dispongo a anunciar esta Buena Noticia. D OM 26 8 Él llama Jesús consuela Él sana S ÁB 25 Hoy es la fiesta de la conversión de san Pablo. Él se encontró siguiendo el camino de los discípulos de Jesús que, recorriendo Galilea, enseñaban en las sinagogas, proclamaban la Buena Noticia, curaban a los enfermos y toda dolencia. Primero quiso matarlos, pero Jesús mismo vino a buscarlo para sanarlo de su ceguera. Pablo se convirtió enseguida y se puso a ver las cosas de otra manera. Reconozco el día de hoy mi enfermedad, como Pablo, y miro las cosas de otra manera. Dejémonos transformar por Cristo que alivia, consuela y sana para que, con él, como él y siguiendo su ejemplo, seamos sal y luz de la tierra. Lo seguimos esta semana y lo vimos retirarse a Galilea, hacer retiro, escuchar a los Profetas, dar testimonio de un Dios que es demasiado cercano. Lo seguimos a orillas del lago, lo vimos llamar a sus primeros discípulos y partir con ellos por los caminos, sanar a los enfermos. Este es el camino que nos traza. Podemos preguntarnos lo que esto quiere decir para nosotros hoy en día. Recibamos una vez más este evangelio y busquemos cómo, en qué circunstancias se nos une Jesús y nos habla. Cristo nos invita a unirnos a él en Galilea, donde él nos precede siempre. Oremos para que los cristianos de las diversas confesiones puedan caminar hacia la unidad deseada por Cristo.

ORAR EN LA CASA 12 O RAR EN LA CASA Cuántos llamados hemos recibido seguramente en nuestra vida. Cuántos llamados hemos enviado de igual manera a padres, amigos y desconocidos. Una simple mirada, una sonrisa alegre, una palabra de esperanza, un silencio respetuoso… ¿Por qué no hacer memoria esta semana, solos o en familia o con amigos, de personas conocidas o desconocidas que nos han ayudado o a quienes hemos ayudado a mirar la luz de la vida? Cada día, tomemos tiempo para recordar uno de estos pequeños instantes de la vida que nos han ayudado a convertirnos, a recibir del otro. Notemos los frutos que esto nos aportó, contemplemos la luz que despertó y demos gracias al Señor “pues el Reino de los cielos está cerca”. “Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.” San Mateo 4, 20 Creo que el Espíritu de Dios anima lo más profundo de mi ser. ¿Creo que no cambiaré nunca? El Espíritu es quien me renueva. ¿Me rindo ante la vida? El Espíritu es quien me da fuerza y valor. ¿No me atrevo ya a hablarle a una persona? El Espíritu está ahí para inspirarme las palabras exactas que convienen. ¿Ya no sé orar? El Espíritu está ahí y mi oración ya en mí. Una manera de vivir el bautismo (3/3)

________________________________ ________________________________ _______________________________________________ _______________________________________________ _______________________________________________ Después de haberse enterado de un acontecimiento grave, el arresto de Juan Bautista, Jesús se retira, abandona su ciudad natal por Cafarnaún, medita sin duda las palabras del profeta sobre la luz que se levanta en el país de las tinieblas. Entonces, Jesús ve, da testimonio, llama… e “inmediatamente, dejando sus redes, su barca y a su padre, ellos lo siguieron”. Está en cada uno de nosotros vivir este paso de la sombra en el invierno de nuestras vidas a la hermosa luz de la esperanza que es Jesús. ¿Sin duda podríamos entonces seguirlo “inmediatamente”, como sus primeros discípulos? Entonces, vivamos esta semana la profundidad del tiempo y el deseo de seguir a Jesús en el instante presente. “Inmediatamente… lo siguieron”. Por supuesto, todos tenemos este deseo de seguir a Jesús con esta presteza. ¿Cómo no desearlo? Pero “inmediatamente” es una palabra que suena extraña hoy en día. ¿Qué puede significar en un mundo donde cambiamos drásticamente de una cosa a la otra, un mundo de lo efímero, de lo instantáneo? ¿Un impulso espontáneo, una preocupación sincera, un deseo profundo, una respuesta sin condición a la conversión? El “inmediatamente” de los discípulos estuvo precedido por un largo encaminamiento de Jesús.