La literatura universal romántica y realista del siglo XIX. Lectura comentada de poemas y novelas. Reflexión sobre la experiencia humana que se expresa en la obra literaria.

Marco histórico del romanticismo Durante la última década del siglo XVII se produjeron algunos hechos que contribuyeron a modificar el panorama histórico, económico, social y cultural del mundo. Uno de ellos fue la Revolución francesa, cuyos principios fueron libertad, igualdad y fraternidad.

Este movimiento acabó con la monarquía absoluta y obligó a los nobles a renunciar a sus privilegios, como el cobro de ciertos impuestos, tributos sobre la posesión de la tierra, etc. La Declaración de los Derechos del Hombre y la Constitución fueron aportaciones de la Revolución francesa a la humanidad.

En 1799, Napoleón Bonaparte se apoderó del gobierno de Francia En 1799, Napoleón Bonaparte se apoderó del gobierno de Francia. Durante su régimen se consolidaron las reformas realizadas por la Revolución; se aprobó el Código Napoleónico (leyes que rigen la vida civil y religiosa), y se reorganizó el país. A través de una serie de guerras de conquista, se divulgaron por toda Europa las ideas de la Revolución francesa, lo que generó el debilitamiento político de las monarquías como sistema de gobierno.

Otro hecho fundamental que transformó al mundo en esta época fue la Revolución Industrial inglesa, resultado del crecimiento de los mercados, que exigían una mayor producción.

La maquinaria sustituyó las herramientas y la fábrica al taller artesanal. La introducción de maquinaria aumentó en forma considerable la producción y originó el surgimiento de la clase obrera, compuesta por campesinos que emigraban a la ciudad, debido a que habían sido despojados de sus tierras; las condiciones en que vivían estos hombres y sus familias eran de explotación y miseria.

Una consecuencia de la Revolución francesa fue el nacionalismo, es decir, las ideologías políticas que vinculaban a los grupos humanos por compartir la misma comunidad, origen y costumbres. Los grupos nacionalistas reclamaron su derecho a gobernarse autónoma e independientemente, rebelándose contra la dominación extranjera o

En el caso de España, la clase dominante pretendió conservar el antiguo sistema de privilegios y explotación, lo que ocasionó un estado de lucha civil permanente. El rey y sus ministros consiguieron la restauración borbónica, pero tuvieron que hacer concesiones.

En México, y en casi toda hispanoamérica, triunfaron las tendencias nacionalistas que produjeron las ideas de la ilustración y los movimientos de independencia política. Así, después de largas y cruentas luchas, México proclamó su independencia respecto de España. Tras diversas formas y sistemas de gobierno en nuestro país se instauró una república federal, aunque se siguieron dando los enfrentamientos entre liberales y conservadores hasta el año de 1867.

A manera de resumen puede decirse que durante la época en la que se desarrolló el romanticismo, se estableció una nueva forma de vida basada en una economía industrial y financiera, impulsada por gobiernos constitucionales de tendencias republicanas.

Características del romanticismo. El romanticismo literario se desarrolló principalmente en la poesía, pero no excluyó otros géneros, como la narrativa y el teatro. Se inició a finales del siglo XVIII en Alemania y alcanzó su apego en la primera mitad del siglo XIX.

Esta corriente apareció como una reacción contra el neoclasicismo, que imitó a los autores clásicos (griegos y romanos de la antigüedad) y sometía toda obra a la rigurosa disciplina de las reglas.

El romanticismo se caracterizó por su afán de libertad en la creación de las obras, tanto en forma como en su contenido, por la exaltación, de las pasiones, la divinización de la mujer, el gusto por los temas medievales y exóticos, el sentimiento de soledad, etcétera.

Los temas preferidos fueron las ruinas y los sepulcros, el culto a la muerte y el suicidio, el goce de la vida primitiva, la contemplación de la naturaleza y las aventuras. En las obras románticas predominaron la imaginación y la subjetividad de los escritores, así como la exaltación de lo turbulento e individual, de lo emocional, sentimental y pasional. Todo, antepuesto a la razón.

Los escritores se encontraron en su propio espíritu, en su yo interno, cuyos sentimientos escudriñaron dolorosamente. Soñaron con aquello que la realidad no les ofrecía: se sintieron superiores a la sociedad e incomprendidos por ella, de tal manera que caían en la desesperación o en la amargura.

Algunos representantes y obras de esta corriente son los siguientes: en Alemania, Friedrich Hardenberg o Novalis (Enrique de Ofterdingen, Himnos de la noche), Heinrich Heine (Nuevas poesías), Wolfgang Goethe (Fausto); en Inglaterra, Lord Byron (Childe Harold, El corsario y Lara), Percy B. Shelley (Prometeo libertado, La reina Mab); en Francia, Alfonse de Lamartine (Recogimientos poéticos, Viaje a Oriente),

Víctor Hugo (Los rayos y las sombras, Los miserables), Alfred de Musset (Poesías nuevas, La confesión de un hijo del siglo); en Italia, Giacomo Leopardi (Canciones); en España, José de Espronceda (El pirata, El estudiante de Salamanca), José Zorrilla (Granada, Don Juan Tenorio), Gustavo Adolfo Bécquer (Leyendas, Rimas).

MARCO HISTÓRICO DEL REALISMO. Los representantes más importantes del realismo europeo son de Francia. Aquí surgió esta corriente literaria, caracterizada por el ascenso rápido de la burguesía. La lucha ya no era solamente entre la nobleza y la burguesía, como ocurrió durante el surgimiento del romanticismo, sino entre la burguesía y el proletariado, más grande y oprimido. Si el socialismo utópico de Gilberto Owen tuvo fuerza en algún momento, fue el de Carlos Marx y Federico Engels el que adquirió mayor fuerza e importancia como una solución a las desigualdades e injusticias del capitalismo.

El Manifiesto Comunista, publicado en 1848, coincidió con la revolución en Francia, donde los obreros y estudiantes pedían la abdicación de Luis Felipe I de Orléans. La burguesía temerosa apoyó la matanza de 10 mil trabajadores sublevados por falta de empleo. Luis Felipe abdicó y ascendió al poder Luis Napoleón; tres años más tarde se autonombró gobernante vitalicio de Francia, y con su esposa Eugenia de Montijo fueron nombrados emperadores de Francia. El segundo Imperio duró de 1852 a 1870, año este último en que, tras la batalla de Sedan, un golpe de Estado instituyó la tercera República.

En 1871, a partir de la derrota de Francia en la guerra francoprusiana, se formó un gobierno revolucionario al que se unieron las guardias nacionales. Se llevaron a cabo medidas importantes como la formación de las cooperativas de trabajadores, la sustitución del ejército por ciudadanos armados y otras.

El gobierno de Thiers organizó un ejército, atacó París y deportó y fusiló a los insurrectos. La burguesía tomó el poder y demostró no estar dispuesta a ceder ante ningún cambio.

En esta época apareció el realismo, corriente literaria que se opuso a muchas manifestaciones del romanticismo. El realismo surgió en el último tercio del siglo XIX, y a diferencia de los románticos, los realistas no evadían la realidad ni se sumergían en las fantasías, sino que afrontaban la vida con más objetividad, para pintarla con toda su crudeza, describiendo escenas de la vida cotidiana.

Los autores románticos vivían en un mundo lleno de sueños y quimeras; sufrían, lloraban y gustaban de los cementerios y las ruinas; evocaban el pasado y se rebelaban contra la realidad; eran inconformes y soñadores, como última solución a sus problemas buscaban la muerte a través del suicidio.

En contraposición de los autores románticos, los realistas vivían y aceptaban su realidad tal cual. Describieron las cosas como son y no se dejaban llevar por los arrebatos sentimentales; ponían los pies sobre la tierra y daban igual importancia a lo bueno y a lo malo, a lo feo y a lo bello, a lo grande y a lo pequeño, pues todo es producto de una realidad que no se puede evadir. Los realistas no huían por las puertas de la ensoñación ni de la emoción.

Con base en lo anterior, se analizan y comparan las dos características. Características del romanticismo Imaginación e invención. Imposición de los sentimientos sobre la razón. Narración de acontecimientos pasados y fantásticos, en ambientes exóticos. Evasión de la realidad y recreación en la historia y el pasado. Pesimismo y creencia en la fuerza del destino determinado por la providencia.

Características del realismo Descripción de la realidad. Preferencia por el razonamiento y rechazo del sentimentalismo. Narración de modos de vivir de la sociedad del momento en ambientes reales. Preocupación por los problemas sociales y económicos. Creencia en que el destino de las personas lo determinan las condiciones sociales.

Entre los autores realistas más destacados podemos señalar a Honoré de Balzac, Stendhal, Gustav Flaubert, Charles Dickens, León Tolstoi, Fedor Dostoievski, Emilio Rabasa, Rafael Delgado y Ángel de Campo, entre otros.