Juicio moral

El Juicio es el acto del entendimiento mediante el cual afirma o niega una cosa de otra. De aquí se deduce que para el juicio son necesarias tres cosas: Los términos o conceptos que deben ser comparados por el entendimiento. Su comparación. La afirmación o negación del uno con respecto al otro. Ésta última constituye propiamente el juicio; pues mientras no hay afirmación o negación, no hay juicio propiamente dicho. Analicemos los siguientes enunciados: a)Dostoievsky escribe:”… si Dios no existiera, todo estaría permitido. b)¿Que hora será? Esta mañana luce el cielo esplendoroso. c)¿Entro a la clase o me voy al cine? En el inciso “a” el escritor Jean Paul Sartre, en su argumentación nos dice que si el ser humano no pone a Dios como justificación de sus propios actos, entonces no tiene más remedio que responder él mismo por ellos. Juicio moral sobre las acciones humanas

En el inciso “b” evidentemente no implica un trabajo conceptual o argumentativo. No son a primera vista enunciados teóricos. Preguntar por la hora no dice una verdad o una falsedad. Afirmar que el cielo luce esplendoroso tampoco supone problema de verdad o falsedad, por que el emisor solo expresa un juicio de valor que indica un estado de goce estético. Este enunciado es el resultado de la experiencia subjetiva del emisor con respecto a la percepción del cielo. En el inciso “c” tampoco supone decir verdad o falsedad, pero si comunica que su emisor debe decidir que hacer frente a una disyuntiva. ¿Qué decisión habrá de tomar? No lo sabemos, lo que si podemos asegurar es que el emisor tomará una decisión, y sea cual fuere ésta la tomará desde el punto de vista de sus intereses personales. También sabemos que sin importar su decisión habrá de responder por las consecuencias de las mismas.

El lenguaje moral tiene una función de acción y no de conocimiento. Por ello, la moral es una forma de conducta humana. Pero su realización implica el conocimiento de sus fines, de los medios necesario para alcanzarlos, de las causas y de sus posibles consecuencias, esto es lo que llamamos conciencia moral. Para someter a juicio moral un acto humano, o sea, determinar si lo es y dado el caso, determinar su bondad o su maldad, es necesario analizarlo en su estructura. Esta estructura está constituida por las motivaciones que mueven a la realización del acto, los medios de que se vale el sujeto para alcanzar sus fines e intenciones, así como sus causas y consecuencias. Componentes de la acción moral

Libertad y Responsabilidad

La libertad nos dice Baruch de Spinoza, implica el conocimiento de los necesario. Los seres humanos necesitamos respirar, lo sabemos, pero este respirar no depende de la voluntad. Así, comer, beber, dormir son actos que se realizan más allá de la voluntad, son necesidades naturales. Pero hay otras actividades que se realizan independientemente de la voluntad, como lo es el hecho de estudiar; pero esta necesidad no es natural, los animales no estudian por que no necesitan transformar nada para vivir. Lo que debe quedar claro es: la libertad es un término que denota una situación en la cual hombres y mujeres toman conciencia de aquello que les es necesario y les permite tomar decisiones para ejecutar sus capacidades ontocreadoras, en vista a su satisfacción material o espiritual. No conocer sus necesidades les impide tomar decisiones o no tomar las más adecuadas: o lo pero tomar decisiones irresponsables que afecten negativamente sus relaciones con otros. Un acto realizado sin el conocimiento de la causa y el efecto del mismo, no es libre, sino ajeno a lo propio del ser humano, que es construir un mundo a través del conocimiento y la acción ontocreadora. La libertad y responsabilidad

Un acto moral es aquel que se realiza concientemente. Solo es libre quién responde por sus actos en la medida en que conoce las causas y los fines por los cuales los realiza. G.W.F. Hegel afirma que solo cuando los seres humanos se reconocen como semejantes, como iguales, en el ámbito de la comunidad de intereses, valores, costumbre, tradiciones, que hacen suyos sin ningún tipos de presión alguna, solo cuando este ámbito se reconocen unos a otros con los mismos derechos y obligaciones, entonces, están dadas las condiciones de la libertad de todos.

La libertad es definida entonces, como “hacer lo que uno quiere”, pues ser libre es lo mismo que actuar sin presión de nadie. Por tanto ninguna norma es condición de a libertad. Las normas condicionan nuestros actos y, entonces, no actuamos por si mismos sino por lo que ellas nos dicen o dictan. Ser libre es aquí, tomar decisiones más allá de cualquier forma. El problema es cómo hacerlo. Otro argumento es: todo acto humano está predeterminado por Dios o por leyes universales ajenas a nuestra voluntad, de modo que, decidamos o hagamos lo que sea, en ultima instancia es una contingencia que obedece a un destino marcado por entidades sobre humanas. Por lo tanto, yo no soy responsables por mis actos. Empero, la conducta de cada ser humano no se orienta nada más por el conocimiento o capacidad para razonar, también está determinada por apetitos y deseos. En este caso una persona es libre en la medida en que logra supeditar éstos a través de la reflexión que le permite humanizarlos. Autonomía y heteronomía

Por ejemplo: Si yo he decidido poner punto final a un romance, ¿es esta una decisión un asunto que he reflexionado cabalmente y la he tomado por mi mismo o, por el contrario, yo no sabía que hacer y la tomé por que me la aconsejo un amigo y no más? En el primer caso se trata de una decisión autónoma; en el segundo de una heterónoma. Hemos definido al acto moral por la conciencia que implica y por la libertad con la que el sujeto actúa. Por lo tanto, en el ejemplo descrito sólo se realiza la acción moral cuando la decisión ha sido el resultado de una reflexión cabal y autónoma.