Biografía del cosmos Y la nada clic

Q u i s e e s c r i b i r l a b i o g r a f í a d e l c o s m o s y l a n a d a, y g u a r d a r l a j u n t o a l c a u d a l e m e r g e n t e d e m i s s u e ñ o s a f a s c a l a d o s a l a v e r a d e l r í o b r a v í o d e l a v i d a, m a s e n l o s a r c h i v o s o n - l i n e c o n s u l t a d o s s ó l o e n c o n t r é l u n a s a c a m p a d a s a l r e l e n t e p e r e n n e d e l o s s i g l o s.

Q u uu uise grabar en jeroglíficos de arena los surcos que la lluvia dejaba en la palma abierta de mi mano y escribir la primera letra miniada que iniciara el libro inédito de mi vida mas no hallé las rayas fatuas que predicen el futuro.

Vi descender entonces sobre las cosas todas una luz trascendente que vivifica el barro emergido de la nada entre mis manos y se formó un revuelo de libertad en rebeldía mientras se cerraban para siempre las puertas del viejo paraíso.

Intenté vender a saldo de feria la geografía intrascendente de mi propia autobiografía donde sembrar el argumento inédito de mi vida sobre la tierra arada de la ciencia y resultó ser un plagio de ideas.

Mas antes de volver al seno fecundo de la madre tierra, tan amada, vencida que esté y a punto la fecha del encuentro con lo ignoto, no dejaré que me invada la orfandad inapelable de la edad, ni de la nada.

Treparé por fin serenamente y entonces por el relente de las lunas acampadas como trigo afascalado en los surcos de la vida y gritaré con fuerza, agradecido, desde el fondo inconsútil de mi alma arrodillada: ¡Gracias, Dios mío!, porque existes y ser Tú, y no la nada, quien estará esperándome a la puerta de tu cielo majestuosamente azul.

Biografía del cosmos y la nada Quise escribir la biografía del cosmos y la nada, y guardarla junto al caudal emergente de mis sueños afascalados a la vera del río bravío de la vida, mas en los archivos on-line consultados sólo encontré lunas acampadas al relente perenne de los siglos. Quise grabar en jeroglíficos de arena los surcos que la lluvia dejaba en la palma abierta de mi mano y escribir la primera letra miniada que iniciara el libro inédito de mi vida mas no hallé las rayas fatuas que predicen el futuro. Vi descender entonces sobre las cosas todas una luz trascendente que vivifica el barro emergido de la nada entre mis manos y se formó un revuelo de libertad en rebeldía mientras se cerraban para siempre las puertas del viejo paraíso. Intenté vender a saldo de feria la geografía intrascendente de mi propia autobiografía donde sembrar el argumento inédito de mi vida sobre la tierra arada de la ciencia y resultó ser un plagio de ideas. Mas antes de volver al seno fecundo de la madre tierra, tan amada, vencida que esté y a punto la fecha del encuentro con lo ignoto, no dejaré que me invada la orfandad inapelable de la edad, ni de la nada. Treparé por fin serenamente y entonces por el relente de las lunas acampadas como trigo afascalado en los surcos de la vida y gritaré con fuerza, agradecido, desde el fondo inconsútil de mi alma arrodillada: ¡Gracias, Dios mío!, porque existes y ser Tú, y no la nada, quien estará esperándome a la puerta de tu cielo majestuosamente azul. Juan Manuel del Río