Autor: Marìa Cristina Aliaga Luna- CHILE©

La distancia no me cambia los sentidos al descubrir en tus ojos el cálido plumaje, la lámpara de genios escondida que tú llevas, y el beso de Jesús que te puebla la frente. La distancia no me cambia los sentidos al descubrir en tus ojos el cálido plumaje, la lámpara de genios escondida que tú llevas, y el beso de Jesús que te puebla la frente.

Kathy, mi chica, el ayer y el hoy se funden sin que nosotros podamos evitarlo, pero nos dan la posibilidad de dibujar nuestro propio firmamento. Kathy, mi chica, el ayer y el hoy se funden sin que nosotros podamos evitarlo, pero nos dan la posibilidad de dibujar nuestro propio firmamento.

Yo creo que naciste bajo la magia sutil de los geranios, rodeada de espacios inmensos, con agua y con sol. por eso, mi Katy querida, te nacen alas y vuelas y te ves nítida en los ojos de tus hermanos menores porque llevas por emblemas la bondad y el silencio. Yo creo que naciste bajo la magia sutil de los geranios, rodeada de espacios inmensos, con agua y con sol. por eso, mi Katy querida, te nacen alas y vuelas y te ves nítida en los ojos de tus hermanos menores porque llevas por emblemas la bondad y el silencio.

Yo comienzo y termino ahora con estas palabras, las luces no se apagan si nosotros no queremos y, a veces, mi chica, nada sirve, todo es poco cuando las fuerzas nos destruyen los pocos sueños. Mas, tú sabes que nada está perdido que aún quedan miles de historias que contar, miles de besos de amor que paladear, Yo comienzo y termino ahora con estas palabras, las luces no se apagan si nosotros no queremos y, a veces, mi chica, nada sirve, todo es poco cuando las fuerzas nos destruyen los pocos sueños. Mas, tú sabes que nada está perdido que aún quedan miles de historias que contar, miles de besos de amor que paladear,

miles de versos- poemas que escribir y miles de amigas que acoger. y tu, mi chica querida, no lo dudes ya estarás hablando al mar una noche estrellada y yo, desde allende la cordillera diré que no bajamos las banderas simplemente el viento fuerte las despeinó. miles de versos- poemas que escribir y miles de amigas que acoger. y tu, mi chica querida, no lo dudes ya estarás hablando al mar una noche estrellada y yo, desde allende la cordillera diré que no bajamos las banderas simplemente el viento fuerte las despeinó.