ARQUIDIÓCESIS DE MANIZALES PROCESO DE RENOVACIÓN PASTORAL DE LA PARROQUIA DESDE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN

EL ESPÍRITU SANTO EN LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Cristo Jesús sigue actuando hoy por su Iglesia, a la que dio el Espíritu Santo. La N.E. es un nuevo Pentecostés para la Iglesia. Nueva por su ardor porque el Espíritu enciende a los evangelizados en el amor de Cristo y genera una pasión evangelizadora.

EL ESPÍRITU SANTO EN LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Nueva por su expresión y métodos porque el Espíritu Santo, que es Creador, sigue iluminando el camino de la Iglesia y sugiriendo los modos, los tiempos, los contenidos, las acciones para que la Iglesia misionera siga extendiendo el Reino de Dios.

Agentes de la Evangelización EL ESPÍRITU SANTO Agente Principal EVANGELIZADORES Agentes Instrumentales

El agente principal Es el Espíritu Santo, quien actúa a través del Evangelizador que se deja poseer y conducir por Él (Cf. E.N. 75). El efecto esperado es que todos sean criaturas nuevas, y la acción creadora es sólo de Dios. Sólo el Espíritu Santo puede “quitar el corazón de piedra y cambiarlo por uno de carne” (Ez. 36, 26).

El agente principal Sólo Él puede producir la nueva creación, la regeneración, la salvación y la Vida nueva (cf. Jn 3,1-7). Por eso la Iglesia lo llama el “Vivificador” o “Dador de Vida”. Sólo el Espíritu Santo es la causa principal; los efectos de salvación, regeneración y Vida nueva sólo son de Él, no del instrumento.

El Espíritu Santo, ese gran desconocido… “Nosotros no hemos oído decir siquiera que exista el Espíritu Santo” (Hch 19,2) Y porque no lo conocemos, no aprovechamos todo su poder transformador: “Nadie puede decir: ¡Jesús, es Señor! sino por influjo del Espíritu Santo” (1Cor 12,3). “Nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1Cor 2,11).

El Espíritu Santo, ese gran desconocido… “Para entrar en contacto con Cristo es necesario primeramente haber sido atraído por el Espíritu Santo” (Cat. 683). Por eso, para permitir que su acción en nosotros sea más eficaz, necesitamos conocerlo mejor, para podernos abrir más cada día a su acción santificadora, pues el Espíritu Santo es realmente Dios, inseparable del Padre y del Hijo. Y para conocerlo, nada mejor que comenzar por la Divina Palabra que Él mismo inspiró…

El Espíritu de Dios en el Antiguo Testamento En la creación: Sal 104,30; Gn 1,1-2; Cat. 703 En el ser humano: Gn 2,7; Cat. 704-705 En la vida del pueblo de Israel: Nm 11,25-29; Ez 36,24-28; 37,1-14; Cat. 716 En la vida de los profetas: 1Sam 10,6.10; Ez 2,2; Miq 3,8; Cat. 715 En la vida del Mesías: Is. 11,1-6

El Espíritu de Dios en el Nuevo Testamento En la vida de Juan el Bautista: Cat. 717-720 En la vida de María: Cat. 722 En la Encarnación: Lc 1,35. 41; Cat. 723 En el Bautismo de Jesús: Mt 3,11.16-17 En la misión de Jesús: Lc 4,1-2.14-21; Cat. 727- 728 Jesús promete enviar al Espíritu: Jn 14,16; 16,7; Cat. 729-730

El Espíritu prometido Es el “Otro Paráclito”: Jn 16,7 Es poder de Dios: Lc 24,49 Es el Espíritu de Verdad: Jn 14,26; 16,13-14 Es el que da testimonio de Jesús: Jn 15,26 Es el que mueve a los discípulos a ser testigos: Jn 15,27; Hch 1,8 Es el que lleva a los discípulos a conocer la verdad completa: Jn 16,13 Otros apelativos: Cat. 691-693

La promesa se cumple en Pentecostés (Hch 2,1-13) Estaban todos reunidos. Vino del cielo un ruido, como de viento huracanado. Aparecieron lenguas como de fuego repartidas y posadas sobre cada uno de ellos. Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas diversas (cf. Torre de Babel: confusión de lengua, Gn 11,7). Comienza el anuncio del Kerygma: Pedro les dirigió la Palabra (Hch 2,14.22-41). Hubo conversión y la comunidad crecía.

El Espíritu Santo, don de Dios Es el Amor de Dios derramado sobre nosotros: Rom 5,5 Crea y da nueva vida: Jn 3,5-6 Nos permite clamar: “¡Abbá, Padre!: Rm 8,15; Gál 4,6 Nos permite reconocer a Cristo Jesús como Señor: 1Cor 12,3 Nos renueva y transforma: Hch 2,37-38 Purifica y perdona: Cat. 734 Santifica: nos hace hijos de Dios y partícipes de su vida divina: Cat. 735 Hace que demos fruto: Gal 5,22-23; Cat. 736

EL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA La misión de Cristo se realiza en la Iglesia, que es su Cuerpo. El Espíritu Santo dispone a los hombres para atraerlos a Cristo: - Les manifiesta al Señor Resucitado - Les recuerda su Palabra y abre sus mentes para entender el Misterio Pascual - Les hace presente el Misterio de Cristo - Los conduce a la comunión con el Padre. (Cat. 737)

EL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA La misión de la Iglesia no es añadida a la de Cristo y a la del Espíritu, sino que es su sacramento (LG 1). Ella es enviada a anunciar y a dar testimonio del Misterio de comunión de la Santísima Trinidad (Cat. 738). Cristo distribuye el Espíritu Santo a los miembros de su cuerpo por medio de los Sacramentos para alimentar, sanar, vivificar y enviar a dar testimonio (Cat. 739)

ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA Es el primer evangelizador Mueve a la Iglesia a dar testimonio: Hch 1,8 Ora en nosotros y sabe cuáles son nuestras necesidades: Rm 8,26-27 Nos da la fuerza transformadora del amor: Rm 5,5 Es principio de unidad y de riqueza: anima el Cuerpo de Cristo y lo enriquece con carismas y ministerios para bien de todos: 1Cor 12; LG 12

SÍMBOLOS DEL ESPÍRITU SANTO (Cat. 694-701) Agua: que brota como manantial hasta la vida eterna (Jn 4,10-14; 7,38; Ex 17,1-16). Unción: aceite que consagra, sana, tonifica (Lc 4,18-19). Fuego: energía transformadora que abrasa, consume, purifica (Lc 12,49; 1Tes 5,19). Nube y luz: ocultan y revelan la presencia trascendente de Dios (Ex 24,15-18; Lc 1,35; 9,34-35; Hch 1,9).

SÍMBOLOS DEL ESPÍRITU SANTO (Cat. 694-701) Sello: marca o carácter imborrable de los consagrados (Jn 6,27; 2Cor 1,22; Ef 1,13). Mano: la imposición de manos transmite el Espíritu para sanar (Mc 6,5; 8,23), bendecir (Mc 10,16) y consagrar (Hch 8,17-19). Dedo: con el cual Dios escribe su ley de amor (Ex 31,18; 2Cor 3,3) y expulsa el mal (Lc 11,20). Paloma: sugiere la presencia divina que protege (Sal 63,8; 91,4).

LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO (Gal 5,16-25) “Caminen según el Espíritu y no se dejen arrastrar por los apetitos desordenados” (Gal 5,16) “Los frutos del Espíritu son: amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio propio” (Gal 5,22-23).

MARÍA Y EL ESPÍRITU SANTO (Cat. 721-726) En María el Espíritu Santo realiza el designio benevolente del Padre. En ella, la escogida, el Padre encuentra morada en donde su Hijo y Espíritu pueden habitar entre los hombres. En ella comienzan a manifestarse “las maravillas de Dios” que el Espíritu va a realizar en Cristo y en la Iglesia.

MARÍA Y EL ESPÍRITU SANTO (Cat. 721-726) El Espíritu Santo preparó con su gracia a María, la cubrió con su sombra y convirtió su virginidad en fecundidad (Lc 1,26-28) María está con los Doce en Pentecostés (Hch 1,14). Ella es la nueva Eva, madre de los vivientes, Madre del Cristo total.

Muchas gracias…