En la Edad Media los místicos cristianos reconocieron los caminos del Amor Divino a la luz del Cantar de los Cantares, ellos fueron capaces de hablar de Dios Amor y Amante. El Cantar nos entrega el mensaje religioso de toda la Biblia al expresar en forma poética la búsqueda del Amor: Buscar y volver a encontrar. “El esposo se esconde cuando se le busca, para que, al no encontrarlo, la novia lo busque con más ardor, y la novia se ve detenida en su búsqueda del esposo, para que encuentre con mas plenitud lo que buscaba”. (San Gregorio)

Con un corazón desnudo y encerrada en lo secreto así te esperaba Señor, en el silencio profundo de la oración.

Frustrada por tu andar lejano me aturdí en un sueño pesado mientras los enemigos del alma se colaban por la rendija de la ventana. Sin fuerzas los resistía, mientras ellos insistían. ¡Con qué angustia te gritaba! ¡Ven a socorrerme, Amor mio!

La vida se desliza entre mis dedos como la mirra que gotea.... Y no me alcanza el tiempo para saciar ésta sed que tengo de ti. Por eso pregunto insistentemente a los compañeros del Camino si te han visto pasar, pues ellos saben lo que piensas, lo que dices, lo que haces y lo que quieres decir.

Dime, Raboní, Maestro mío ¿Como lo saben? Pues yo tengo que dejarme sorprender por tí, para anunciar que he visto al Amado mío.

¡PERDON, PERDON, PERDON AMOR MIO! ¡En Tú búsqueda me aturdí...me prostituí con viejos amantes olvidándome de ti!

¿Porque soy tan debil?...¿Porque a veces me apego a la tibieza?...¿Porqué se me enfría el alma y no puedo esperar pacientemente a que quieras regresar?

Que no tengo paz por mi prostitución, que los radiantes colores de los pájaros y los embriagadores olores de las flores me distrajeron por el camino. ¡Que mi pecho se ahoga en el dolor por haberlo perdido!

(Cantar 5,8)

EL Amado: Ya me he quitado la túnica. ¿como vestirme otra vez? Ya me he lavado los pies ¿como mancharlos de nuevo? (Cantar 5, 3)

(Oseas 2, 16)

Yo te desposaré para siempre, te desposaré en la justicia y el derecho, en el amor y la misericordia; te desposaré en la fidelidad, y tú conocerás al Señor. (Oseas 2, 21-22)

(Oseas 2, 23)

(Oseas 2, 24)

(Oseas 2, 17; 25)

(Oseas 11, 9) (Oseas 14, 5)

Solo cuando el pueblo vuelva al desierto, cuando se encuentre con las manos vacías y traicionado por aquellos en quienes ponia su confianza, se dará cuenta de que allí estará su Dios esperándolo para acogerlo de nuevo y hablarle una vez mas al corazón.