EL ANTICRISTO (1 Tesalonicenses 2:1-12) Lección 12 para el 22 de septiembre de 2012

RESUMEN ESQUEMÁTICO DE 2 TESALONICENSES 2:1-12 El Día del Señor aún no ha llegado (versículos 1-2) “No os dejéis mover fácilmente”. Profecías, palabras y cartas engañosas. Eventos que han de ocurrir antes de que llegue (versículos 3-4) La apostasía. El anticristo. Situación en tiempo de Pablo (versículos 5-7) La apostasía ya ha comenzado. El poder que impide la plena apostasía. La venida del anticristo (versículos 8-9) Clímax previo a la Segunda Venida (versículos 10-12) Rechazo final del Evangelio. Los que no aman la verdad.

EL DÍA DEL SEÑOR AÚN NO HA LLEGADO (1-2) “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca” (2 Tesalonicenses 2:1-2) “Por espíritu”. “Por ciertas profecías” (NVI) de profetas no inspirados. “Por palabra”. Predicaciones que enseñaban una interpretación errónea de las Escrituras y los dichos de Jesús. “Por carta como si fuera nuestra”. Pablo tuvo que firmar sus cartas para evitar estas falsificaciones (2 Tesalonicenses 3:17) Los hermanos de Tesalónica estaban convencidos de que el Día del Señor “está cerca”, “ya llegó” (NVI). Pero esta convicción era, en realidad, un engaño. Este engaño o mala interpretación les podía haber venido por tres vías distintas: Aunque Pablo tenía la esperanza de que la Venida de Jesús se produciría mientras él aún estuviera vivo (1 Tesalonicenses 4:17), era consciente de que aún debían producirse ciertas señales precursoras de este gran evento.

EVENTOS QUE HAN DE OCURRIR ANTES DE QUE LLEGUE (3-4) “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Tesalonicenses 2:3-4) Es difícil para nosotros entender completamente el mensaje de Pablo, ya que él usa intencionalmente un lenguaje ambiguo para evitar crear problemas a los creyentes, en caso de que su carta cayese en malas manos. No obstante, esta ambigüedad nos ayuda a comprender que estos versículos pueden tener más de una interpretación. Pablo habla de “el hombre de pecado” (v. 3) o “inicuo” (v. 8) como de una persona, pero también como de una cosa: “el misterio de la iniquidad” (v. 7). En todos los casos, la palabra griega que se usa es la misma: “anomía”; que en castellano se ha traducido como “pecado”, “inicuo” e “iniquidad”. Lo mismo ocurre con aquello que detiene al inicuo: es un poder (v. 6) y una persona (v. 7).

Esa defección aún era futura cuando escribía Pablo. Pablo no define específicamente la forma de la apostasía, pero se puede deducir de los pasajes mencionados; sin embargo, lo siguiente es claro: La apostasía es religiosa, es una rebelión espiritual que tiene una relación primordial con la política. Esa defección aún era futura cuando escribía Pablo. La apostasía no sólo sería antes del segundo advenimiento (2 Tesaloni-censes 2:2), sino que serviría como una señal de la proximidad del regreso de Cristo. Comentario Bíblico Adventista, sobre 2 Tesalonicenses 2:3

El que detiene la apostasía es el Imperio romano. INTERPRETACIÓN HISTÓRICA El que detiene la apostasía es el Imperio romano. El inicuo o anticristo es el papado, que toma su poder y su trono del Imperio romano (Daniel 7-8, 11; Apocalipsis 13) “Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá” (Daniel 11:36) INTERPRETACIÓN FUTURISTA La gran apostasía final está detenida hasta que el Evangelio sea proclamado en todo el mundo. El inicuo o anticristo es Satanás mismo, que imita la Segunda Venida de Cristo y se puede aplicar también al gran movimiento espiritista que precederá al fin. “El apóstol Pablo, en su segunda epístola a los tesalonicenses, señala la obra especial de Satanás en el espiritismo como cosa que había de suceder inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo” (Elena de White, “¡Maranata, el Señor viene!”, 9 de junio) Ambas interpretaciones son correctas y complementarias.

SITUACIÓN EN TIEMPO DE PABLO (5-7) “¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio” (2 Tesalonicenses 2:5-7) En su despedida de los ancianos de Éfeso, Pablo les comunicó: “Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño” (Hechos 20:29) La apostasía era algo que se estaba fraguando dentro de la Iglesia en los tiempos de Pablo. No obstante, las duras persecuciones de parte del Imperio romano impidieron que estas apostasías arraigasen profundamente en la Iglesia por algún tiempo. De esta forma, el Imperio romano estaba deteniendo la apostasía que surgiría tiempo más tarde, cuando el papado recibiera plenos poderes.

LA VENIDA DEL ANTICRISTO (8-9) “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos” (2 Tesalonicenses 2:8-9) Según la interpretación histórica, cuando el Imperio romano concede al papado poder político sobre Roma, se “manifiesta” –se revela– el verdadero carácter de este poder apóstata que recibe su trono de la mano misma del Dragón (Apocalipsis 13:2); es decir, “por obra de Satanás”. Según la interpretación futurista, cuando el Evangelio sea predicado en todo el mundo, el espiritismo se manifestará con gran poder, revestido de religiosidad (Apocalipsis 16:13-14) y seguido de la imitación de la Segunda Venida por parte de Satanás. Cuando el Señor venga, destruirá a estos poderes apóstatas (Apocalipsis 19:20)

“Es el engaño más poderoso y resulta casi irresistible” Al comparar las palabras griegas usadas para el anticristo con las usadas para Cristo mismo, podemos ver algunas similitudes importantes: “Se manifestará [apokalúptò] aquel inicuo” (2 Tesalonicenses 2:8) “La revelación [apokálupsis] de Jesucristo” (Apocalipsps 1:1) “Cuyo advenimiento [parousía] es por obra de Satanás” (2 Tesalonicenses 2:9) “El resplandor de su [de Cristo] venida [parousía]” (2 Tesalonicenses 2:8) Las palabras “con gran poder y señales y prodigios” (versículo 9) también se usan para los milagros y el ministerio de Jesús. Pero los prodigios maravillosos del Señor eran genuinos, mientras que los del anticristo son “mentirosos”. Llegamos a la conclusión de que habrá un claro intento de imitar (falsificando) la obra de Jesucristo: Satanás imitará la Venida de Jesús. “Es el engaño más poderoso y resulta casi irresistible” Elena G. de White, El conflicto de los siglos, p. 682

CLÍMAX PREVIO A LA SEGUNDA VENIDA (10-12) “y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia” (2 Tesalonicenses 2:10-12) El anticristo arrastrará tras de sí a los que “no recibieron el amor a la verdad”. Aunque a primera vista parecería que Dios no quiso darles este amor a la verdad, en realidad son ellos los que no lo desearon: “no creyeron a la verdad” y “se complacieron en la injusticia”. En las Escrituras se dice con frecuencia que Dios hace lo que no impide (1 Samuel 16:14; 2 Crónicas 18: 18-21)

“Según las pruebas se vayan acrecentando a nuestro alrededor, se mostrarán en nuestras filas tanto la desunión como la unidad. Algunos que están en estos momentos preparados para empuñar las armas espirituales, cuando lleguen los tiempos de real peligro pondrán de manifiesto que no habían edificado sobre la roca firme: cederán ante la tentación. Quienes hayan recibido una gran luz y grandes privilegios, pero que no los hayan cultivado; nos abandonarán utilizando cualquier pretexto. Si no han recibido el amor de la verdad, serán cautivados por las falsedades del enemigo: le harán caso a los espíritus seductores y a las doctrinas de demonios, y abandonarán la fe. Pero, por otro lado, cuando la tormenta de la persecución caiga realmente sobre nosotros, las ovejas fieles escucharán la voz del Pastor verdadero. Se harán esfuerzos desinteresados para salvar a los perdidos, y muchos que han dejado el redil, regresarán para ir en pos del gran Pastor. El pueblo de Dios se unirá y presentará un frente común ante el enemigo” Elena G. de White, ¡Maranata, el Señor viene!, 9 de junio

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