VIOLENCIA DOMÉSTICA: ATADURAS DEL ALMA COMO CONSECUENCIA DEL MALTRATO EN LA INFANCIA.

VIOLENCIA DOMÉSTICA GENERALIDADES En los hogares disfuncionales en los cuales un cónyuge maltrata al otro, es común el maltrato a los niños. Constituye violencia no sólo el darles fuertes golpes, sino también gritarles, menospreciarlos, castigarlos excesivamente o negarles la atención, la aceptación y el amor que son tan imprescindibles para su desarrollo emocional y social. También es un acto de violencia en el caso de los padres divorciados, el hablar mal del ex-cónyuge delante de los hijos o utilizarlos para hacerle daño al otro. Las víctimas en su mayoría son mujeres, niños y ancianos, también hay casos de hombres golpeados por sus mujeres El continuar permitiendo este tipo de abuso tiene graves consecuencias sobre todo para los niños, muchas de las cuales sólo se manifestarán pasados muchos años. A veces los niños se convierten en victimarios y las niñas en víctimas igual que su mamá. Los niños que crecen en hogares violentos tienen una gran probabilidad de ser criminales en el futuro. En el programa “Índice de maldad” se trata de medir el grado de maldad de los asesinos más célebres del mundo. El factor común en todos los casos es la violencia experimentada por ell@s en su infancia.

CAUSAS DE LA VIOLENCIA DOMÉSTICA El maltrato es una conducta aprendida que el hombre posesivo y violento repite porque obtiene un claro beneficio: la sumisión de la mujer. La violencia doméstica se presenta como consecuencia del machismo exacerbado que impera en nuestra sociedad. Desde esta perspectiva, los hombres serían una especie de tiranos y maltratadores en potencia, de los que es preciso defenderse o al menos tratar con precaución. Hombres y mujeres sin dominio propio. Hombres y mujeres que fueron víctimas de abuso en su infancia, ahora repiten el patrón. Resentimientos sobre todo en mujeres. Episodios traumáticos. Hombres y mujeres con ataduras espirituales de maldad.

EL CUADRITO DE LAS VERDADES BÍBLICAS Y LOS CAMBIOS CONDUCTUALES Texto Verdad Bíblica Por lo tanto… II Timoteo 1:7 Tenemos en nuestro interior el Espíritu de Dios que nos capacita con dominio propio Debo someter mi vida al dominio de ese Espíritu para tener dominio sobre la ira, el enojo, la maledicencia. Efesios 4:31 Debemos quitar de nosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia Antes bien: sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonadores recordando siempre que Dios nos perdonó en Cristo. Proverbios 19:18 Hay que disciplinar a los hijos Nunca usaré la disciplina como medio de destrucción…la disciplina física será el último recurso que usaré. Efesios 6:1-3 Hay que honrar a padre y madre. Hasta que Dios de la vida a mis padres debo respetarlos, ser agradecidos, seguir los consejos que me dieron (Prov. 22:28) Efesios 6:4 Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos. Debo cuidar de no ser “abombante” con los hijos, a veces lo único que logramos es desesperarlos, hacerlos inseguros de sí mismos, dañamos su autoestima. Génesis 1: 26-27 Tanto el hombre como la mujer tienen la imagen y semejanza de Dios. Ambos son igualmente valiosos, ambos se merecen el mismo respeto y el mismo buen trato. I Pedro 3: 1-2; 3:7 La esposa debe respetar a su marido y el esposo debe tratar a su esposa como a un vaso frágil. El respeto y el buen trato en la relación matrimonial es fundamental, sin estos, la violencia afectará a tod@s.

PARA LAS MUJERES Y HOMBRES ABUSADORES Tenga el coraje de ver honestamente su comportamiento en la casa y especialmente hacia su esposo, esposa e hijos. Comience a creer que usted puede cambiar su conducta si se propone hacerlo. Tenga conciencia de que usted es el causante del abuso; no es su mujer, su esposo o sus hijos los culpables. No busque excusas para la agresión. Tenga la disposición de buscar ayuda. Hable con alguien que usted crea que pueda ayudarlo. Mantenga todo el tiempo en su mente que la Iglesia está ahí para ayudarle. Parte de la misión que nos encomendó Jesús es la de ofrecer ayuda cuando se necesite. Contacte su iglesia. Encuentre otras formas alternativas de reaccionar cuando se sienta enojad@ o frustra@. Hable con otr@s que hayan atravesado por conducta agresiva y la hayan superado. Entérese de lo que hicieron en esos casos y cómo lo hicieron. Que las terapias de consejería no deben sustituir a las penas de cárcel. La mejor forma de evitar la violencia doméstica: la denuncia a tiempo. Ayudar a la familia: para que sea lo que tiene que ser: ámbito de paz, no de violencia. Para ello, políticas de ayuda y fortalecimiento del matrimonio, mejora de las condiciones de vivienda y de salud pero sobre todo la búsqueda incesante de Dios y su Palabra. Habrá casos en que es necesaria ayuda profesional para toda la familia