¡Ay de Efraín! Isaías 28

Introducción: El Libro de los Ayes Después de la caída de Israel en el 722 a.C., Judá se volvió cada vez más hacia una alianza con Egipto. Encontraremos hasta el capítulo 33 seis “ayes” o lamentos sobre Jerusalén (28.1; 29.1, 15; 30.1; 31.1; 33.1). La promesas de restauración se van intercalando con los ayes. En los capítulos 28 al 33, Isaías demostró la insensatez de las alianzas con Egipto, de la misma forma como lo haría Jeremías mas adelante. El problema seguía siendo el mismo: La falta de confianza en Dios. La mayoría de los eruditos consideran que estos pasajes se refieren al reinado de Ezequías (715 – 695 a.C.)

A Efraín: Dios castiga (Is. 28.1– 6) V1.- Samaria se jactaba de su belleza, pero esa belleza se estaba marchitando como una flor cortada. V2.- Dios estaba enviando una tormenta en todo el territorio, y su bella ciudad sería destruida por viento, lluvia, granizo e inundación, representado probablemente por la incursión Asiria. V.4.- Conquistar Samaria serían tan fácil como arrancar la fruta de un árbol V.5.- Tardíamente Samaria entendería que Jehová era la verdadera “corona de gloria” y la “diadema de hermosura”.

A los dirigentes: Dios juzgará (Is. 28.7 – 15) V7, 8.- Al sacerdote y al profeta se les compara con ebrios. Estuvieran ebrios o no, lo cierto es que actuaban de una manera confusa e irresponsable. Su confusión se representa por el estado de las mesas y de la ciudad producto de la borrachera. V9, 10.- Estas son palabras que decían los profetas y sacerdotes borrachos cuando ridiculizaban a Isaías, diciendo “Este profeta nos habla como bebes, nos enseña el abecedario otra vez”. “¿Creen que somos niños recién destetados, que acaban de dejar el pecho?¿Niños que repiten: a-b-c-ch-d, a-e-i-o-u, un poquito aquí, un poquito allá?“ (Is. 28.9b, 10; NVI) Hoy en día, muchos tienen esta actitud de burla con el evangelio. El orgullo intelectual nubla su visión y renuncia a la palabra de profecía. V12.- La cama que habían hecho (sus alianzas) no podrían darles reposo.

A los dirigentes: Dios juzgará (Is. 28.7 – 15) V14.- Los líderes son llamados “burladores” (hebreo latson), uno de los términos más negativos del Antiguo Testamento para describir a los hombres impíos. El “burlador” es el insolente y rebelde, que da la espalda de forma voluntaria a lo que es bueno. Estos son condenados en el libro de Proverbios constantemente (a saber, Proverbios 9.8; 14.6; 15,12; 21.24; 22.10; 24.9, entre otros). V15.- El optimismo fundado en la “mentira” y en la “falsedad” como lo era Egipto no los protegería.

Una Piedra Preciosa (Is. 28.16 – 20) En los tiempos de Isaías, “la roca” representa la fuerza que entregaría Jehová si ellos confiaban en Él y no en las alianzas extranjeras. Definitivamente, este es un pasaje Mesiánico referido al Señor (1ra Pedro 2.4 – 7; Romanos 9.33; Marcos 12.10). Hoy en día el Señor Jesús es la roca eterna sobre la cual debemos confiar nuestra fe y colocar nuestra doctrina. V17.- El “cordel” y el “nivel” son herramientas que usaban los constructores para cerciorarse de la exactitud horizontal de la construcción. Dios mide a su pueblo con los estándares de “juicio” y “justicia” V18, 19.- Las frases “pacto con la muerte”, “convenio con el Seol”, “turbión del azote”, expresan la amenaza asiria frente a los insensato de las alianzas.

Las acciones sabias de Dios (Is. 28.21 – 29) V21, 22.- El Pueblo de Dios recordaba la forma en cómo había sido librado en el pasado. El Señor volvería a hacerlo si confiaban en él Así como un agricultor debe realizar diversas tareas y se debe adaptar a cada una de ellas, bien sea al arado o al trillado, Dios también debe realizar todo tipo de trabajo para llegar a lograr su propósito eterno. Él sabe que herramienta utilizar (castigo o misericordia) y en qué momento hacerlo.