El uso de las creaturas EJERCICIOS ESPIRITUALES ONLINE Primer día: Principio y Fundamento 3ª Meditación 21:00 hrs
Preámbulo El hombre no está solo. Existen las realidades creadas por Dios y puestas al servicio del hombre como medios para alcanzarle a Él, y que éste debe aprender a usarlas de acuerdo con el fin que Dios les ha dado: a él y a las creaturas Como fruto hemos de buscar caer en la cuenta de la necesidad de una relación correcta con las demás creaturas para que ninguna de ellas empañe o altere la preferencia radical por Dios y por su voluntad. En otras palabras: La decisión de no permitir que las personas o las cosas ocupen en el corazón el lugar que pertenece sólo a Dios. La determinación de usar inteligente y eficazmente los medios que Dios ofrece para la santificación y perseverancia, y para la realización de la misión apostólica sin convertirlos en fines
La propuesta de San Ignacio Dice S. Ignacio: "las otras cosas sobre el haz de la tierra son creadas para el hombre, para que le ayuden en la prosecución del fin para el que fue creado. De lo que se sigue que el hombre tanto ha de usar de ellas, cuanto le ayuden para su fin; y tanto debe quitarse de ellas cuanto de ello le impiden. Por lo tanto debemos hacemos indiferentes a todas las cosas creadas..." La conciencia de la fugacidad de la vida y del valor relativo de las realidades humanas, transitorias e insuficientes para colmar el corazón humano. Adquirir el hábito de ver las cosas y tomar decisiones a la luz de la eternidad Saber de donde vengo, a dónde voy, qué estoy haciendo y por qué lo estoy haciendo, son síntomas de una persona madura, de una persona RESPONSABLE, que ve con sana indiferencia las cosas creadas
1. ¿Qué es la responsabilidad? Indiferencia ignaciana = Responsabilidad El verdadero concepto de responsabilidad implica ante todo querer lo que Dios quiere. Todo lo demás me importa en la medida en la que a Dios le importa. Lo cual da pie a la sana indiferencia por las cosas creadas. A primera vista, parece significar apatía, insensibilidad, despreocupación. Ser indiferente parecería ser el que las cosas no me dijeran nada, que no me afectaran. No significa que no valore las cosas, sino que las valoro, pero en la medida en que Dios lo hace y con el destino y fin que Dios les ha dado. Cada creatura debe convertirse en una brújula que me lleve a Dios. Para ello debo tener mi corazón puesto en las cosas de arriba, en las cosas de Dios y convertirme en un buscador incansable de Dios. (Ej. S. P.de la C)
2. Algunos aspectos de la responsabilidad La responsabilidad ante las creaturas es libertad de espíritu. Las cosas nos esclavizan: las que me atraen me encadenan, las que me repugnan me paralizan, desvían mis actos... por tanto unas y otras paralizan el campo de mi libertad. No ha habido nadie más libre que Cristo, porque no era esclavo de nada ni de nadie. Pero esta libertad de espíritu se paga cara: sacrificando el propio egoísmo, la comodidad, la pereza
3. El combate con las creaturas S. Pablo habla de la indiferencia cuando dice hablando de la cruz de Cristo: "por la cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo" (Gal. 6,14). Estar como muerto para el mundo, pero vivo para Cristo. Nada me atrae, ni me mueve, sólo Cristo y lo que a El le interesa. Aquí es donde entra la finalidad de los EE' desarraigar todas nuestras aficiones. Para esto hay que hilar muy fino y no hacer pactos o componendas. No podemos ser tan ingenuos o creer que Dios es tan ingenuo de permitir amañar de tal manera mi situación o instalarme en un "modus vivendi", sin que El se dé cuenta
4. Tiempo de sinceridad Los EE' son un buen momento para hacer un esfuerzo en lo que a la sinceridad se refiere ¿A ver qué hay en mi vida? ¿Qué apegos? ¿Qué aficiones?... Esas que yo sé, sobre todo las del espíritu. No tener miedo. Abrir a Dios nuestro interior. Qué importante y qué definitivo para mi vida puede ser el reconocer lo que hay en mí que no es según Dios. No importa lo que sea: Hay que hacer luz sobre ello es el primer paso y el fundamental
Conclusión: Sentido del Tiempo El tiempo es el envase en donde están todas las creaturas, y es al mismo tiempo una creatura. Si queremos usar bien las creaturas debemos aprender a utilizar, a "abrir" el tiempo. Usarlo como un regalo de Dios. Cuando nos regalan algo, la mayoría de las veces no nos fijamos en la caja. Enseguida lo abrimos, tiramos la caja y nos ponemos a disfrutar del obsequio recibido. Y cuantas veces por no saber abrir bien la caja podemos estropear ese regalo... Más aún, emplearlo como el mejor regalo que Dios me ha dado: el tiempo, la vida. Si lo empleo bien, llegaré a poseer la eternidad. La vida es una y se vive una sola vez: Vivámosla conscientemente y no como los animales