… tomo mate con discreción y no en lugares donde no corresponde como ser en el ómnibus porque puedo ocasionar problemas. Hay inclusive una prohibición al respecto (IMM Decreto ). No voy a reventar por esperar a llegar a mi parada de destino.

… cuando pierde mi equipo de futbol o basquetbol, no salgo a agredir e insultar a la hinchada contraria por menos que me haya gustado perder.

… no escucho música que haga apología de las drogas, la vagancia, el desorden y la marginación. Hay otras músicas que muchos uruguayos escuchamos y que no transmiten esos malos ejemplos.

… me gustan los tamboriles de las comparsas lubolas, pero no todo el año y cruzándomelos a cada rato en la calle, en todos lados que voy. Existen otros instrumentos musicales lindos de escuchar como el fagot, el saxo, el chelo, el oboe, el corno francés, el corno inglés (y muchos se preguntan cuando les hablo de éstos ¿qué corno son esas cosas?

… no voto a “fulano de tal” obligado porque fue el candidato que designó mi partido para las elecciones, y entonces hay que votarlo si o si, sin importar que es un mentiroso, un inútil e incapaz. Eso se hacía en la época de los caudillos, cuando en los actos se gritaba “¡Viva el dotor!”. Si vivimos en un país políticamente maduro, eso no debe suceder.

… no tiro basura a la calle. Muchos piensan que la calle no es de nadie, cuando en realidad es de todos. Así mismo procedo con todo lo que es público. Aunque el Intendente electo no sea el que yo voté.

… me niego a darle “una moneda” al que te lo exige como si fuera un derecho legal y sin ofrecerte nada a cambio, ni siquiera el limpiarte el parabrisas del auto. Que trabaje como lo hago yo, mucho más de 8 horas al día, inclusive los fines de semana.

… doy limosnas pero con cuidado, no sea cosa que el que la recibe se acostumbre a vivir a mis expensas. Ya en Brasil hay un slogan que dice: “quien da limosna no da futuro”. Después de todo hay instituciones de beneficencia que saben muy bien cómo canalizar las colaboraciones.

… no vivo con el teléfono celular pegado a la oreja. No voy en el ómnibus o por la calle enterando a todo el mundo de mis asuntos personales, sean miserias, logros o sueños. No significa que no tenga necesidad de amigos con quienes hablar, simplemente que selecciono el lugar y momento adecuado para hacerlo.

… procuro hablar bien. No digo “puédamos” sino “podamos”, no animo a otros diciendo “vamo” sino “vamos”. No hay excusa en un país donde la educación básica es “gratuita”.

… veo cómo prolifera la cultura de la incultura, la razón de la sinrazón, y me preocupa. Cada vez son más los programas de chimentos degradantes en TV. Programas que fomentan los enfrentamientos y peleas entre la gente. Y eso que tenemos un “Ministerio de Cultura”.

Entiendo perfectamente la diferencia entre “libertad” y “libertinaje”. Defiendo lo primero, condeno lo segundo.

… sentí a mis maestros hace mucho hablar de un Uruguay apodado “la Suiza de América”, y también la “tacita de plata”. Ese no es el Uruguay en que hoy vivo. Tal vez lo más parecido a Suiza sea los muchos impuestos que estamos pagando. Culturalmente hemos retrocedido y seguimos haciéndolo. Aumentan los “NINI” : Ni trabajo Ni estudio pero consumo, exijo y me quejo.

…¡cuánto me está doliendo serlo! Como que la falta de respeto ciudadana se ha institucionalizado. Hemos perdido las buenas costumbres escudados en la “democracia”, la “post modernidad” y la “globalización”. Puede que esté pasando en todo el mundo pero ¿sabes? YO VIVO AQUÍ.