Present: B.Areskurrinaga

Según los Evangelios, a José le recordamos como descendiente del linaje de David, la estirpe humana de la que nació Jesús. Conf. Mat 1,80; 13,55 )

Pero sobre todo le recordamos por su fe, su fidelidad y por el deseo de querer seguir los deseos de Dios por muy difíciles e increíbles que parecieran.

¿Qué era la vida de José sino una contínua comunión con Jesús y con la plenitud de la santidad que habitaba en él?

El Evangelio llama a San José hombre justo. (Mat 1,19) Un hombre que tiene una insondable vida interior, de la cual le llega la fuerza de las almas sencillas y limpias, de las grandes decisiones, como la de poner enseguida, a disposición de los planes de Dios, su libertad. (Pablo VI-1969)

San José habla poco pero vive intensamente. Nos ofrece ejemplo de atrayente disponibilidad a las llamadas divinas, de calma ante todos los acontecimientos y de confianza plena fruto de su vida de fe y de oración (Cf. Juan XXIII-1963)

Expresión contínua de amor en la vida de la Familia de Nazaret es el trabajo. La obediencia de Jesús en la casa de Nazaret es entendida como participación en el trabajo de José.

El trabajo humano, el trabajo manual tienen en el Evangelio un significado especial. … José acercó el trabajo humano “al misterio de la redención” (Cf. Juan Pablo II, Redemp. custos)

Dios a cada uno le da la gracia según aquello para lo que es debido. San José recibió de Dios la gracia necesaria para su misión que fue única e irrepetible en la historia de la salvación. Dios a cada uno le da la gracia según aquello para lo que es debido. San José recibió de Dios la gracia necesaria para su misión que fue única e irrepetible en la historia de la salvación.

Pío IX declaró solemnemente al Patriarca San José Patrono Universal de la Iglesia Católica. Pío XII estableció la celebración de San José Obrero, el 1º de mayo, presentándolo como modelo de los trabajadores.

ORACIÓN para este DÍA MI CORAZÓN CANTA AGRADECIDO Señor, mi corazón rebosa de agradecimiento por tantos dones y bendiciones tuyas. No bastaría el canto del corazón y de los labios, si no pusiera mi vida a tu servicio, para darte testimonio con mis acciones. A Ti la gratitud y la alabanza. Tú me has sacado de la nada y me has hecho tu elegido; me has hecho feliz con tu amor y tu presencia. No te conozco bien, no conozco siquiera mis necesidades. Pero Tú, ¡oh Padre!, Tú nos conoces por entero. Soy incapaz de amarme a mí mismo como Tú me amas. Tú, ¡oh Señor!, me has creado con un solo corazón, para que sea para Ti, sólo para Ti. Señor, estar ante Ti es lo más grato que pensar se puede. En este momento me presento ante Ti. Acéptame cuando y como quieras. Haz de mí según tus deseos. Tú eres mío y yo soy tuyo. Me has creado a tu imagen, de un poco de polvo, y me has hecho hijo tuyo. Honor, gloria y alabanza para Ti, por los siglos de los siglos. Amén.