JUDAÍSMO Juan 1:35-51
Verdad Bíblica Aplicada La biblia enseña... Verdad Bíblica Verdad Bíblica Aplicada La Biblia enseña que Jesucristo es el Mesías. Creamos en Jesucristo como nuestro Rey y sirvámosle con todo nuestro corazón.
Introducción Comunidad centrada en la Ley y el monoteísmo. Se construye a partir de la fe y tradiciones religiosas y culturales propias del pueblo judío. Gira en torno al eje central de la fe en el Dios único, en el concepto de alianza y en la Torah, que es tanto doctrina como ley. Judaísmo Mesías Del hebreo Mashiaj, ungido, al que corresponde el griego Christos. Por tanto, Cristo es el Mesías, el ungido de Dios.
1. ¿Dios es sólo el Padre y no hay Trinidad? Luisa Jeter de Walker, en su libro “¿Cuál camino?” escribe: Los judíos sólo creen en la deidad de Dios el Padre. Dicen que los cristianos somos politeístas (adoradores de varios dioses), por nuestra doctrina de la Trinidad. Citan textos que afirman que Dios es uno (Dt. 6:4; Ex. 20:3; Is. 44:6).
¿Qué decir al respecto? 1. David, como Rey, no llamaría Señor a alguien que no fuera Dios mismo. Pero, ¿quién es este Dios que no es el Padre? Este pasaje es una referencia a la profecía de (2 Samuel 7), que habla del Mesías, el Hijo de Dios, la segunda persona de la Trinidad (Sal. 110:1). 2. El salmista habla del Padre y su Espíritu como entidades distintas. El Padre envía al Espíritu, y éste obra y se mueve. La doctrina del Espíritu Santo como persona divina no empezó en el libro de Hechos, también en el Antiguo Testamento se hace referencia a Él. Algunos estudiosos afirman que en el Antiguo Testamento existen más de 87 referencias al Espíritu Santo (Sal. 104:30). 3. Dios es uno y es tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Este misterio no se puede entender por completo, pero que el ser humano no lo pueda entender no significa que no sea verdad. ¿Quién puede entender que Dios es eterno, que nunca comenzó a ser y que nunca dejará de ser? De igual manera, nadie puede entender por completo la Trinidad, pero es real.
2. ¿Se logra la salvación por cumplir la ley de moisés? Luisa Jeter de Walker señala que los judíos creen que la salvación se obtiene por cumplir con la ley mosaica o por los sacrificios dispuestos para el pecador. Como son miembros del pueblo escogido de Dios, serán objeto especial de su misericordia y de su bendición.
¿esto es así? La gloria de Dios se apartó del templo de Israel, y el arca del pacto que representaba su presencia ha estado perdida desde hace mucho tiempo. También el templo fue destruido por última vez en el año 70 d. C. ¿Diremos entonces que por no llevar a cabo los rituales del templo ni ofrecer sacrificios los judíos de los últimos 2000 años están condenados? De ninguna manera. Dios salva desde antes de la construcción del templo y sigue salvando después de su destrucción (Ez. 10:18-19). Dios salva desde antes que Israel fuera, y su salvación es para los que creen en Él. Abraham le creyó a Dios y le fue contado por justicia; si sus descendientes le creen a Dios, también les será contado por justicia (Gn.15:6). El ritual de sacrificar un cordero por los pecados era sombra de lo porvenir. El Mesías sería el verdadero Cordero que quitaría el pecado del mundo (Is. 53:4-6). Cuarto; Jesús es el Mesías. Una vez hecho su sacrificio, no hay necesidad de otro. Lo único que queda por hacer es seguir el ejemplo de Abraham y creer; pues todo aquel que acepta el sacrificio y resurrección de Jesucristo, Él lo limpia de pecado y le da vida eterna (He. 10:8-10).
3. ¿ Jesús no es el Mesías? Sobre este particular Luisa Jeter, escribe: “Los judíos rechazaron a Jesucristo porque no vieron cumplidas en Él las profecías mesiánicas respecto a su obra como Rey”. Al volver nuestra mirada a la Palabra de Dios encontramos: Los detalles con que el Salmo 22 describe la pasión de Jesucristo son maravillosos: la exclamación del dolor en el versículo 1, las burlas de sus enemigos en los versículos 7 y 8, los huesos descoyuntados, las palpitaciones de su corazón, su sed extrema y sus manos heridas en los versículos 14-16. Aún en el versículo 18 se cuenta cómo apostaron sobre sus ropas. No menos impresionante es la profecía del impacto mundial y eterno que tendría la salvación de Cristo (vv. 1-31).
3. ¿Jesús no es el Mesías? La muerte de JESÚS en el calvario no fue su derrota, y mucho menos un veredicto negativo sobre su condición de Mesías. Estaba profetizado que el Mesías habría de ser rechazado, muerto y resucitado por causa de su pueblo. El reino eterno vendría después de su muerte (Dn. 9:26). En la segunda venida de Cristo, su pueblo lo reconocerá, y llorará al saber que su Mesías había venido y no lo reconocieron, sino que lo crucificaron hasta la muerte (Zac. 12:10-11). Cuarto; Jesucristo cumplió las profecías del sufrimiento y resurrección del Mesías y se puede estar seguro que también cumplirá las profecías de su gloria. Por tanto, Jesucristo es el Mesías. (Hch. 1:6-7).
4. Jesucristo el Mesías, Sacerdote, Profeta y Rey. Recordemos que los judíos ungían con aceite aquello que sería santificado o separado para los propósitos de Dios. En cuanto a personas, se ungían sacerdotes, profetas y reyes como símbolo de la unción que el Espíritu Santo les daba para desempeñar su función. Así que Jesucristo debía ejercer los tres ministerios para ser reconocido como Mesías. ¿Qué revela la Escritura al respecto? Recordemos que Mesías, lo mismo que Cristo, significa “El Ungido”. Igual que el sumo sacerdote se presentaba ante Dios para expiar los pecados del pueblo, JESÚS se presentó ante el Padre y se ofreció como sacrificio por los pecados de la humanidad, por tanto, Él es Sumo Sacerdote (He.17 2:17). Jesucristo como profeta anunció, entre otras cosas, la caída de Jerusalén, la traición de Judas, el abandono de sus discípulos, su propia muerte y resurrección al tercer día, su ascensión al cielo, la venida del Espíritu Santo y su regreso en gloria (Mt. 20:17-19; Lc. 19:43-44). Jesucristo es Rey, aunque no un rey político. El reino que Él estableció fue espiritual. Hasta el día de hoy millones de personas lo adoran, lo reconocen como Rey y viven su vida según lo establecido por Él (Jn. 18:36). Así que, Jesucristo ejerció los ministerios de Sacerdote, Profeta y Rey, por tanto, Él es el Mesías.
Jesús fue un impostor, no el Mesías prometido. Discernir el error Jesús fue un impostor, no el Mesías prometido. Respuesta Bíblica: El Nuevo Testamento, complemento del Antiguo, cumple y explica el antiguo pacto. Si Jesucristo es aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas, Jesucristo es el Mesías prometido en el Antiguo Testamento (Sal. 22; Is. 53; Jn. 1:45; Ro. 3:21-31; Gá. 2:16, 3:11; He. 8, 9, 10).
Para corregir Sólo la fe en Jesucristo, el Mesías, es indispensable para alcanzar salvación. Esa fue la experiencia de la mujer samaritana, quien reconoció en Jesucristo al Profeta y Mesías prometido, al Ungido de Dios. Los mismos samaritanos así lo confirmaron: “… sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo” (Jn. 4). Esta fue también la experiencia de Andrés, Pedro, Felipe y Natanael, verdaderos israelitas, quienes reconocieron en JESÚS al Mesías, Cristo y Rey de Israel (Jn. 1:35-51).
Para instruir Si para usted Jesucristo es el Mesías prometido, acéptelo como su Salvador; si para usted Jesucristo es Sacerdote, acepte su sacrificio en la cruz; si para usted Jesucristo es Profeta, crea a su Palabra; y si para usted Jesucristo es Rey, viva según lo establecido por Él y sírvale con todo su corazón. Testifiquemos como Andrés: “hemos hallado al Mesías (que traducido es el Cristo)”. Afirmemos como Natanael: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel”. Y entonces veremos “el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre” (Jn.1:41, 49, 51).
Conclusión Jesucristo es aquél de quien escribió Moisés en la Ley. Jesucristo es el Mesías, Sacerdote, Profeta y Rey.