RECIBIENDO A LOS PECADORES
1 Juan 1: 19 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”
¿Cómo pueden los seres humanos gozar del perdón de Dios, una de las mayores bendiciones que puede existir?
PERDÓN Y TRANSFORMACIÓN La salvación llega a nuestra vida trayendo perdón y transformación El perdón significa liberación de la culpa del pecado, y la transformación significa liberación del poder que el pecado ejerce en nosotros
La salvación no estará completa hasta el día de la glorificación, cuando finalmente se extirpará definitivamente la presencia del pecado.
Mucha gente está muriendo simplemente porque no acepta la maravilla del perdón divino.
San Mateo 18: 21, 22 “Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aún hasta setenta veces siete”.
El perdón es una realidad, no una promesa. El perdón no es algo gratuito, Jesús pagó el precio. Sin derramamiento de sangre no hay remisión del pecado.
Jesús ya derramó su sangre en la cruz, por esta razón el perdón no es una promesa, es una REALIDAD
ARREPENTIMIENTO Hechos 3: 19 “Así que, arrepentios y convertios, para que sean borrados vuestros pecados...”
Cuando hablamos de arrepentimiento, muchos lo confunden con remordimiento. Ambos tienen que ver con CULPA Cuando hablamos de arrepentimiento, muchos lo confunden con remordimiento. Ambos tienen que ver con CULPA El remordimiento es simplemente sentir dolor y miedo por las consecuencias que el pecado traerá a nuestra vida.
El arrepentimiento es sentir dolor por haber herido el corazón de Jesús y viene acompañado del deseo de abandonar la vida pecaminosa.
El remordimiento hace que usted corrija su vida, pero solamente hasta pasar el peligro de las consecuencias. Una vez que pasó el peligro, vuelve a su manera pecaminosa de actuar.
El verdadero arrepentimiento es fruto del trabajo que el Espíritu Santo hace en el corazón humano. Conduce a la persona a abandonar y detestar el pecado.
¿Por qué se llega a aborrecer el pecado? Porque es conciente que esto causó dolor en el corazón de Jesucristo.
Salmos 130: 4,5 “Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado. Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; en su palabra he esperado”.
CONFESIÓN El verdadero arrepentimiento lleva inmediatamente a dar el segundo paso en dirección a la salvación, que es la:
Confesión es decir: Señor, confieso que pequé y reconozco que te herí.
En el momento que reconoce, se apodera de la maravillosa realidad del perdón.
Si usted no acepta que está sucio, ¿para qué bañarse? Si usted no acepta que está enfermo, ¿para qué buscar al médico?
Hoy usted tiene el médico y el remedio. Pero tiene que tener conciencia que está enfermo y que necesita ser curado, que está sucio y que necesita lavarse.
En San Juan 16: 7,8 Jesús promete enviar el Espíritu Santo: “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”.
A través de la Biblia. ¿Cómo sabríamos que adulterar es pecado si la Biblia no dijese “no adulterarás”? ¿Cómo hace el Espíritu Santo este trabajo?
Existen muchas personas heridas en el mundo... no consiguen dormir tranquilos de noche, sienten que no hay esperanza, que todo está perdido y acabado.
Jesús abre sus brazos para recibir a todos los que así se siente. Muchos piensan que no pueden ir a Jesús, piensan que no los recibirá. No hay NADA que se haya hecho que Jesús no pueda perdonar.
San Mateo 11: 28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”.
Usted tiene que reconocer y decir: Señor, estoy aquí, cansado de luchar solo, cansado de vivir angustiado y necesito de tu compasión y misericordia.
¡Corre a los brazos de Jesús! No solamente te dará un abrazo, sino que te besará la frente como símbolo de paz y perdón. ¡Corre a los brazos de Jesús! No solamente te dará un abrazo, sino que te besará la frente como símbolo de paz y perdón.