Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo- Ciclo C El Apóstol Pablo recuerda que Jesús ofreció a sus discípulos un pan y un cáliz. Expresaba que se entregaba por ellos. (1 Cor 11, 23-26).
Y que sus discípulos harían presente aquella memoria en todo tiempo y lugar. Se trataba de hacer vivo el significado, es decir, la entrega a los demás.
El texto nos invita en primer lugar a contemplar la acción de Jesús y después a continuar sus gestos en la historia humana.
Lo que nosotros ofrecemos al Señor nunca se pierde Lo que nosotros ofrecemos al Señor nunca se pierde. En sus manos adquiere una dimensión más amplia y más universal.
Jesús nos invita a superar nuestro individualismo y a poner esos bienes que consideramos “nuestros” al servicio de todos nuestros hermanos.
En él se nos revela cómo somos y pensamos, El relato evangélico contrapone la actitud de los discípulos con la exhortación del Maestro. En él se nos revela cómo somos y pensamos, y como debemos ser y actuar.
“Despide a la gente… que vayan a buscar alojamiento y comida” Esta frase de los discípulos puede reflejar su preocupación por las gentes y su confianza en las decisiones del Maestro. Pero también puede también revelar esa “indiferencia” ante los demás, que el papa Francisco denuncia una y otra vez.
“Dadles vosotros de comer” La irresponsabilidad es el nuevo nombre del pecado. Dar de comer al hambriento es la primera de las obras de misericordia.
“Dadles vosotros de comer” La Iglesia ha de detectar las necesidades humanas. Y ofrecer el pan de cada día y el pan vivo que es el Señor.
Señor Jesús, tú eres el pan que da la vida Señor Jesús, tú eres el pan que da la vida. Agradecemos tu entrega por nosotros. Veneramos el misterio de la eucaristía. Y, como tú nos invitas a tu mesa, nos comprometemos a invitar a nuestra mesa a los pobres de este mundo. Amén.
José Román Flecha Andrés Texto: EL CAMINO, Ciclo C –Editorial Monte Carme Presentación: Antonia Castro Panero