Serie “Guiando a mi familia según el plan de Dios”. Sermón # 3. El esposo como enamorado, protector, intercesor y guerrero. Pastor Yaciel Toledo.

Contenido Orden de Dios para la familia. Deberes de los padres para con sus hijos.

Texto clave 1Co 11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.

El esposo es el ejemplo del corazón de Dios. Mar 10:42-45  Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad.  43  Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 44  y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. 45  Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.  El corazón de Dios siempre está dispuesto a la restauración y a la reconciliación. Esto incluye perdonar, servir y sanar.

El esposo es el ejemplo del corazón de Dios. Es imprescindible que sirvamos a nuestra esposa y familia con un espíritu humilde y un corazón alegre. Los esposos debemos esforzarnos por ser el instrumento de Dios para la sanidad de nuestra familia. Filip 2:3-4  Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4  no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. 

El esposo es el enamorado y protector. Ef. 5:25 -28. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha, Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.

El esposo es el enamorado y protector. 1Co 7:3- 5. El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.

El esposo es el enamorado y protector. Es imprescindible que nosotros como esposos seamos sensibles a las necesidades de nuestra esposa (espíritu, alma y cuerpo). Si vamos a consolar a nuestra esposa debemos hacerlo conforme nos guía el Espíritu Santo de Dios y no según nuestros propios sentimientos. Debemos ministrarle la palabra del Señor, a fin de cumplir efectivamente nuestro deber de protegerla. Es imprescindible que seamos esposos enamorados y gentiles constantemente. Será interesante acotar que el buen desempeño del día, producirá una mayor bendición al llegar la noche (El que tiene oído entienda).

El esposo es ejemplo de la soberanía de Dios. Ap.2:10c. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. Asume una posición intransigente contra el pecado. Es importantísimo que como hombres de Dios mostremos en todo tiempo un rechazo al pecado pero un amor genuino al pecador. Es responsabilidad nuestra esforzarnos por mantener a nuestra familia en las sendas del Señor y esto incluye señalar aquellas áreas que necesiten corrección. Debemos trabajar combinando la exhortación, con el amor y el aliento. (El estímulo).

El esposo es ejemplo de la soberanía de Dios. Es vital que nuestras palabras sean siempre edificantes, aún cuando estemos exhortando a favor de alcanzar la excelencia. En este sentido es fundamental que eliminemos de nuestro diccionario la ironía y palabras absolutas tales como: Tu nunca X, Y, Z. Tu siempre X, Y, Z. Contigo jamás puedo contar….. Lo tuyo no tiene remedio. Respeta la autoridad dada por Dios para que tu propia autoridad sea respetada.

El esposo es intercesor y guerrero. Stgo. 4:7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Stgo. 5:16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. Somos nosotros los principales intercesores a favor de nuestra esposa y familia. Esto es algo que se ha confundido dentro del pueblo de Dios y que necesita ser rectificado. Con el paso del tiempo la cantidad de hombre con relación a la cantidad de mujeres dentro de las iglesias cambió dramáticamente. Al inicio de la iglesia primitiva era mayor la cantidad de hombres que de mujeres.

El esposo es intercesor y guerrero. Al extenderse al mundo gentil el evangelio poco a poco y con la incorporación de diferentes culturas esto pasó de un extremo a otro y hoy son muchas más las mujeres que los hombres a nivel mundial dentro de las congregaciones. Todo esto ha traído como resultado que las mujeres tomen la iniciativa como intercesoras a favor de sus esposos y familias, lo cual puede ocasionar que los hombres que se acercan al Señor reconozcan la intercesión como un ministerio femenino. Pero la Biblia nos muestra que somos los hombres los verdaderos intercesores y guerreros de nuestros hogares.

El esposo es intercesor y guerrero. Esto no quiere decir que la esposa no posea un lugar importante dentro del mundo de la intercesión.(Esto lo veremos al valorar las funciones de la esposa). Tú y yo somos los guerreros a favor de nuestro hogar, por lo que tenemos que tomar autoridad sobre las fuerzas del enemigo que traten de estorbar o perjudicar el bienestar espiritual, físico y emocional de nuestros familiares. Es valiosísimo que los varones de Dios seamos guiados por el Espíritu Santo a fin de discernir la actividad del enemigo y las inclinaciones carnales de la familia.

El esposo es intercesor y guerrero. Esto no quiere decir que la esposa no posea un lugar importante dentro del mundo de la intercesión.(Esto lo veremos al valorar las funciones de la esposa). Tú y yo somos los guerreros a favor de nuestro hogar, por lo que tenemos que tomar autoridad sobre las fuerzas del enemigo que traten de estorbar o perjudicar el bienestar espiritual, físico y emocional de nuestros familiares. Es valiosísimo que los varones de Dios seamos guiados por el Espíritu Santo a fin de discernir la actividad del enemigo y las inclinaciones carnales de la familia.

Serie “Guiando a mi familia según el plan de Dios”. Sermón # 3. El esposo como enamorado, protector, intercesor y guerrero. Pastor Yaciel Toledo.