¡Tú eres mi hijo/a amado/a! El sentido, la esperanza, la vida entera de la persona creyente, se fundamenta y sostiene en la seguridad inquebrantable de saberse amada. ¡Tú eres mi hijo/a amado/a! Marcos 1, 7-11 Bautismo de Jesús. –B- 11 Enero 2009

-(Juan Bautista)- 7Esto era lo que proclamaba: Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo. Yo no soy digno ni de postrarme ante él para desatar la correa de sus sandalias. 8Yo os bautizo con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo. Jordán Juan había roto con el Templo y su sistema religioso. Su bautismo era un rito religiosamente revolucionario, pues se proponía como alternativa al Templo y a todo su sistema sacerdotal centrado en los sacrificios cruentos. Y, si como sugiere Lucas, Juan era hijo de sacerdote, su ruptura con el sistema adquiere un relieve aún mayor. De la mano del carismático y marginal Juan, Jesús se sumerge en las aguas del Jordán para introducirse en el nuevo tiempo que intuye y espera y él mismo anunciará pronto.

9Por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Para su Bautismo Jesús se pone en la fila de los pecadores que acuden a Juan, como muestra de la solidaridad y cercanía que durante toda su vida iba a mostrar con las personas más débiles y más necesitadas. Jesús se siente plenamente envuelto en la compasión activa de Dios y plenamente responsable de cooperar con ella. Nosotr@s hemos sido bautizad@s como Jesús, ungid@s por su Espíritu para continuar su obra liberadora. ¿En qué nos distingue e identifica nuestro Bautismo?

10En cuanto salió del agua vio rasgarse los cielos y al Espíritu descender sobre él como una paloma. 11Se oyó entonces una voz desde los cielos: -Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco. Jesús intuye su misión. Confiesa la cercanía acogedora y bondadosa de Dios para Él y para l@s demás. Se dispone a vivirla, anunciarla, encarnarla... El bautismo significa para Jesús ser nombrado y constituido hijo. Igualmente para nosotr@s. Tú eres hijo e hija, tú eres mesías, tú eres llamad@ como Jesús a sentirte amad@ por Dios y a anunciar a todas las criaturas que son hijos e hijas libres y que Dios las ama incondicionalmente. Tú eres hijo amado, hija amada. Eso te dice sin cesar el cielo.

El Bautismo nos compromete a afrontar el futuro con esperanza.  El Bautismo nos compromete a vivir como vivió Él, desde l@s otr@s y para l@s otr@s. A trabajar, como Él, en la construcción del Proyecto de Dios, a colaborar en la creación de una sociedad nueva, donde las personas puedan ser cada día más libres, más responsables, más hermanas, más felices. El Bautismo nos compromete a vivir, como Él, desde el amor. A acoger a l@s otr@s, a respetar su libertad, a compartir, a poner el bien común sobre el bien particular, a abandonar las actitudes y prácticas de egoísmo, dominio e imposición sobre l@s demás. El Bautismo nos compromete a trabajar, como Él, para construir la unidad en un mundo dividido, enfrentado, con la esperanza de que un día todos los seres humanos puedan reunirse y sentarse como hermanos en torno a la misma mesa. El Bautismo nos compromete a afrontar el futuro con esperanza. El testimonio de Jesús, avalado por su resurrección, nos da pie para creer que la opresión, el egoísmo, la injusticia y la misma muerte no tienen la última palabra sobre la humanidad, sino que la tiene Dios, y su palabra es una palabra de vida total y plena. No basta haber sido bautizad@. Ni confirmar la fe del bautismo a una edad determinada. Hace falta confirmarla cada día. Acreditarla en la vida. El Bautismo es el sacramento del compromiso responsable y la conversión personal a la fe y al Evangelio. El bautismo, aunque se administre a l@s niñ@s, no es cosa de niñ@s.

Oración del Padre/Madre Hijo mío, hija mía que estás en el mundo. Eres mi gloria y en ti está mi reino. Eres mi voluntad y mi querer. Tu nombre es mi gozo cada día. Te amo. Te alzo y sostengo. Te doy todo lo que es mío -el pan, los hermanos, el Espíritu-. Quiero que vivas feliz y que ayudes a vivir. Te perdono siempre y te pido que perdones. No temas. Yo te libraré del mal y de todas sus redes. Día y noche pienso en ti. Hijo mío. Hija mía. Ulibarri, Fl. Oración del Padre/Madre