Domingo 13º del tiempo ordinario Ciclo B Día 28 de Junio de 2009

Hoy en el evangelio se nos habla de dos milagros de Jesús, que se entremezclan.

Comienza y termina el evangelio con la resurrec-ción de la hija de Jairo.

En medio nos presenta la curación de la hemorroisa o mujer que padecía el flujo de sangre.

Oigamos y veamos lo sucedido en la resurrección de la hija de Jairo.

Automático

Talita kum, levántate, niña.

te ordena el Señor.

Talita kum, mi niña, no duermas,

que yo soy la vida y la resurrección.

si entre todos esos hombres lo podría yo encontrar? Jairo se llamaba el hombre. ¿Cómo lo voy a olvidar, si entre todos esos hombres lo podría yo encontrar?

Jefe de la sinagoga, cuando tu hija se enfermó, sin temor y sin demora recurriste al Señor.

Mi hija tiene doce años, de salud está muy mal Mi hija tiene doce años, de salud está muy mal. Ven a casa, te esperamos. Tu, Jesús, la salvarás.

Justo fue en aquel momento que un amigo te avisó: "No molestes al maestro, que tu hijita ya murió".

Jairo muy entristecido, ya no supo más qué hacer, y el Señor compadecido quiso hablarle sólo él:

No temas, amigo mio, que a tu niña salvaré. Créeme lo que te digo: yo la resucitaré".

Al entrar en aquella casa, el Señor se adelantó: No lloréis ya por la niña, sólo duerme, no murió.

Acercándose hasta ella, de su mano la tomó, y diciendo dos palabras la niñita se salvó.

Talita kum. Levántate, niña,

Talita kum te ordena el Señor.

Talita kum mi niña no duermas,

que yo soy la vida y la resurrección.

que yo soy la vida y la resurrección.

Sin la resurrección de Jesucristo y la nuestra Jesús es nuestra resurrección Venimos de Dios y vamos a Dios Sin la resurrección de Jesucristo y la nuestra la vida no tendría sentido Click

Jairo tenía una fe incipiente: Mientras estamos en esta vida caminamos en la fe Jairo tenía una fe incipiente: debía purificar su fe.

La tragedia de la muerte de su hija fue una bendición porque pudo poner su fe en las manos de Jesús

Esa fe mereció tener la resurrección de su hija

la hemorroisa que pretende tocar el vestido de Jesús Un ejemplo admirable de fe nos da hoy la hemorroisa que pretende tocar el vestido de Jesús

Veamos lo que nos dice hoy la parte central del evangelio. Mc 5, 25-34 Dice así:

Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Muchos médicos la habían sometido a toda clase de tratamientos, y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor.

Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensan-do que con sólo tocarle el vestido curaría.

y notó que su cuerpo estaba curado. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó que su cuerpo estaba curado.

"¿Quién me ha tocado el manto?" Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió en seguida, en medio de la gente, preguntando: "¿Quién me ha tocado el manto?"

"Ves cómo te apretuja la gente Los discípulos le contestaron: "Ves cómo te apretuja la gente y preguntas "¿Quién me ha tocado?

Él seguía mirando alrededor, para ver quién había sido.

La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo.

Él le dijo: "Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y con salud". Palabra del Señor

Esta es la fe que quiere Jesús para todos nosotros.

Que la Virgen María nos ayude a fortalecer nuestra fe en el camino hacia Jesús AMEN