LA GRAN MURALLA DE CHINA
Los Ataques mongoles * Los feroces guerreros mongoles atacaban a China desde el norte. En el año 221 A.C., los chinos comenzaron a construir una muralla de miles de millas de largo para proteger sus granjas y ciudades. Cuando la muralla se derrumbó, construyeron otras murallas. En 1449 C.E., el ejército mongol se hizo más fuerte. Muchos soldados chinos murieron, y los mongoles secuestraron a un joven emperador chino. Los chinos decidieron construir una muralla aún más fuerte, LA GRAN MURALLA.
SE CONSTRUYE LA MURALLA Las obras de construcción de la muralla se prolongaron durante los dos siglos siguientes. Cada emperador la construía dónde y cuándo había mayor riesgo de invasión por parte de los mongoles. En el tiempo de Qin Shi Huangdi , las murallas eran construidas de tierra apisonada. A finales de la dinastía Ming, los obreros comenzaron a usar ladrillos y bloques de piedra en lugar de tierra apisonada. Eran fuertes y duraderas pero resultaban más complicadas de construir.
LOS TRABAJADORES Cientos de trabajadores participaron en la construcción de la Gran Muralla. El ejército proporcionó muchos peones. Los soldados se convertían en albañiles. Los generales se convertían en arquitectos e ingenieros. Los aldeanos también tenían que trabajar en la construcción durante meses, a cambio de poco dinero o nada en absoluto. Los condenados cumplían sus sentencias trabajando en la muralla.
La construcción
Fortalezas y torres Incluso las murallas más enormes tenían que estar vigiladas por soldados. Se construyeron muchas fortalezas de distinto tipo. Algunas fortalezas eran muy grandes y tenían capacidad para mil soldados. Servían de vivienda para los soldados. Las torres de vigilancia, construidas en la propia muralla, en ocasiones eran tan pequeñas que cabían solamente unos doce soldados.
Los veloces mongoles Casi un millón de soldados patrullaban la Gran Muralla, pero estaban distribuidos a lo largo de miles de millas y por lo tanto estaban alejados los unos de otros. Los guerreros mongoles eran menos numerosos, pero tenían una ventaja: gracias a sus veloces caballos se desplazaban rápidamente por la estepa. Podían reunirse en cualquier momento y lugar para atacar, y a continuación desaparecer en la estepa tan rápido como habían aparecido.
SISTEMA DE COMUNICACIONES Para defenderse de su veloz enemigo, los chinos idearon un ingenioso sistema de comunicaciones para llamar a los soldados a la batalla. Construyeron plataformas de piedra llamadas “torres de señales” en los puntos más elevados, junto a las murallas. Cuando divisaban jinetes mongoles, encendían una hoguera sobre la torre de señales más cercana, de forma que saliera mucho humo. El humo se veía a varias millas de distancia, y cuando los soldados que vigilaban la siguiente torre lo veían, encendían otra hoguera. Así la señal se trasmitía de torre en torre. A veces las columnas de humo eran acompañadas de fuertes cañonazos. El número de columnas de humo y los cañonazos eran un código que indicaba cuántos jinetes mongoles se acercaban.
comunicaciones
La forma de la muralla La forma de la muralla se adaptaba al paisaje por donde pasaba. En las zonas llanas y desérticas, la muralla era recta. En áreas de montañas, se retorcía como un dragón. La construyeron siguiendo crestas de las montañas y los picos más altos. La murallas bajaba hasta los ríos y continuaba por la ribera contraria. Por el extremo este, terminaba en el mar.
La ruta de la muralla La Gran Muralla empezaba en Jiayuguan por el oeste. Atravesaba el Desierto de Gobi y el Río Amarillo, llegaba a Pekín, continuaba por Shanhaiguan y terminaba en el Mar Bohai por el este.
Parte II: La vida de los soldados Muchos de los peones que trabajaban en la murallas no sobrevivían el trabajo duro y las difíciles condiciones de trabajo. La vida de los soldados que la custodiaban no era más fácil. Los inviernos eran extraordinariamente fríos en el norte de China. Los veranos eran secos y calientes. Los soldados obraban muy poco dinero y tenían que cultivar sus propios alimentos para sobrevivir. Era difícil cultivar la tierra en un clima tan seco, pero no tenían opción. Aunque los soldados cobraban poco, la muralla resultaba muy cara. Repararla y vigilarla costaba cada vez más. Para pagar todos estos gastos, el gobierno Ming cobraba impuestos a los habitantes de China.
PARTE II el gobierno ming La corte del gobierno Ming estaba formada por decenas de miles de personas. Los funcionarios y consejeros, bien alimentados y vestidos con ropas de seda, se pasaban discutiendo y rivalizando constantemente o el favor del emperador. Pagar por el lujo con que se vivía dentro de la Ciudad Prohibida o en los palacios de los emperadores Ming significaba otra carga para los chinos.
La corrupción y el Despilfarro La población china se enojó por tanto despilfarro y corrupción de la corte Ming, y por los impuestos que tenían que pagar. Los aldeanos comenzaron a rebelarse contra los funcionarios del gobierno. En 1644, un grupo de rebeldes chinos tomó por asalto la Ciudad Prohibida y derrocó al último emperador Ming.
Los manchúes
Los manchúes se expanden Los manchúes eran una tribu nómada que controlaba una amplia zona al norte y al este de Pekín. Ellos habían conquistado territorios mongoles al oeste. A medida que los mongoles estaban cada vez más débiles y desunidos, los manchúes trataron de expandir su dominio de China. Cuando los rebeldes atacaron la Ciudad Prohibida, los manchúes se ofrecieron a intervenir en auxilio (para ayudar) a la Dinastía Ming.
Los manchúes se adueñan del trono ming El ejército Ming, agradecido, les abrió las puertas y las fuerzas manchúes cruzaron la Gran Muralla y entraron en Pekín. Los manchúes expulsaron a los rebeldes de la Ciudad Prohibida, pero no devolvieron al poder a los Ming, sino que se adueñaron del trono y establecieron su propia dinastía: los Qing.
Se retiran los mongoles Las fuerzas manchúes y chinas juntas eran mucho más fuertes que los mongoles. Derrotados, los mongoles se retiraron a zonas alejadas de la estepa, y su ejército era apenas un recuerdo.
Se Abandona la Muralla Después de la derrota de los mongoles, la muralla ya no marcaba una frontera y no se necesitaba. Las obras se detuvieron y las torres de vigilancia se abandonaron. Los comerciantes y viajeros pasaban libremente por puertas que nunca se cerraban.