Domingo primero, ciclo B ADVIENTO Domingo primero, ciclo B Día 27 de Noviembre de 2011

Con el Adviento comenzamos un nuevo año litúrgico, a través del cual vamos contemplando los principales misterios de la vida de Jesús. Una nueva oportunidad que nos da Dios para profundizar en nuestra fe y poderla vivir más intensamente.

Adviento significa “Venida”, la venida de Jesús Adviento significa “Venida”, la venida de Jesús. Por eso es una preparación para la Navidad. Son 4 domingos. Jesús vino en la primera Navidad; pero la Navidad se hace presente por la paz y la alegría.

Viene en la Iglesia Pero el Señor viene en la Eucaristía. Viene a nosotros en su palabra escrita. Viene y le sentimos dentro de nuestro corazón Viene en la Iglesia

Viene también en los pobres y necesitados Viene en los niños

Pero un día vendrá para juzgarnos a todos y será el definitivo encuentro con Dios, nuestro Padre. Esta última venida es la que principal-mente considera-mos en este primer domingo de Adviento.

Los cristianos primitivos creían que la segunda venida de Cristo estaba muy cerca. Pero Jesús no dijo que vendría pronto, sino que estemos preparados, porque ciertamente vendrá.

El evangelio de hoy es de san Marcos, como en gran parte del ciclo B El evangelio de hoy es de san Marcos, como en gran parte del ciclo B. San Marcos era secretario de san Pedro, y lo que predicaba el apóstol, él lo plasmó en su evangelio. Mc 13, 33-37 Dice así:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.

Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa,

y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.

Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa,

si al atardecer,

o a medianoche,

o al canto del gallo, o al amanecer.

y os encuentre dormidos. No sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.

Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad! Palabra del Señor

La VIGILANCIA es la característica principal del Adviento y de la exhortación que hoy nos da el mismo Jesucristo. Otra gran característica es la ESPERANZA

La Esperanza es alegría y amor para el verdadero cristiano La Esperanza es alegría y amor para el verdadero cristiano. Si vamos caminando hacia la otra vida, lo tenemos que saber y vivir con amor y con alegría. El cristiano “del montón” no espera nada, sigue la vida cristiana por inercia, por costumbre, no por verdadera fe.

Otras esperas están unidas al sufrimiento y la enfermedad. Hay muchas maneras de esperar. Hay esperas que están unidas con el miedo, la preocupación, como el soldado antes de la batalla. Otras esperas están unidas al sufrimiento y la enfermedad.

Hay esperas que están unidas con el sueño y la modorra, como las doncellas, que esperaban al esposo tardón o los discípulos, que no oraban con Jesús en Getsemaní.

Y unida con la alegría ante las venidas de Jesús. La esperanza que nos pide el Adviento está unida al amor y a la responsabilidad. Y unida con la alegría ante las venidas de Jesús.

Vigilar significa admirar las cosas que tenemos, no ser insensibles ante los pasos de la vida. Vigilar es descubrir a Dios desde el despertar de la naturaleza cada mañana, sintiendo el amor de Dios en los aconteceres diarios.

Vigilar es sobre todo descubrir la presencia de Dios en las personas Vigilar es sobre todo descubrir la presencia de Dios en las personas. Suele venir disfrazado, como cuando le vieron la Magdalena y los de Emaús después de resucitado.

Hay que estar vigilantes para reconocer a Jesús en el pobre, en el niño, en el anciano. También en el trabajador o en el que no tiene trabajo; también en el que se sienta a la mesa de la familia. También en quien tiene ideas diferentes a nosotros u oficios muy raros. Dios viene a nuestro encuentro, especialmente cuando vamos quitando dolores y penalidades de otras personas.

“Esperad al Señor, despiertos velad”. Los primeros cristianos se entusiasmaban pensando que Jesús iba a volver. Pero como tardaba, empezó el cansancio y el dormirse en la fe. Por eso la Iglesia tenía que insistir en las palabras de Jesús, que nos invitan a la espera confiada: “Esperad al Señor, despiertos velad”.

Esperad al Señor, despiertos velad. Automático

Vigilad, Él vendrá. Llegará el Señor.

La luz encendida, dispuesta la mesa, abierto el corazón.

Esperad al Señor, despiertos velad.

Vigilad, Él vendrá. Llegará el Señor.

La luz encendida, dispuesta la mesa, abierto el corazón. Hacer CLICK

La vigilancia, que hoy se nos pide, es activa, que es esperanza en Dios que viene a nosotros y un día vendrá a darnos el premio merecido. Por eso vigilar es ser fiel al Evangelio para poder salir al encuentro del Señor, acompañados de nuestras buenas obras.

No hay mejor vigilancia que vivir la vida de Cristo, participar de su vida, tener sus mismos sentimientos. Hoy nos dice san Pablo en la 2ª lectura que Dios nos ha llamado para participar en la vida de su Hijo. I Cor 1,3-9

Hermanos: La gracia y la Paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros. En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro. ¡Y él es fiel!

La vida de Jesús, para imitarla y vivirla, podemos tomarla en dos direcciones: un amor total hacia Dios como PADRE y una manifestación en el amor a los demás por medio del servir. He ahí un plan de vida para el Adviento, como la mejor preparación para la Navidad.

La esperanza, que no esté unida al amor, no sería esperanza cristiana, sino utopía o pequeño consuelo humano. La esperanza cristiana va unida a los actos de servicio amoroso. Jesús no vino a ser servido sino a servir. Esta idea resplandece ampliamente en la Navidad.

Pero también nos enseña el amor directo a Dios, como Padre. Hoy en la 1ª lectura nos habla el profeta Isaías de Dios como PADRE. Si a Dios le tratamos con ese amor, ya no debemos temer, sino que la espera será una esperanza santificante en la venida de Dios.

Sabemos que el Señor vendrá. Le esperamos con alegría, paz y amor. Terminamos con el mensaje propio de este primer domingo de Adviento. Sabemos que el Señor vendrá. Le esperamos con alegría, paz y amor.

Sé que vendrás al fin de los tiempos Automático

para arrancar la fuerza del mal.

Sé que vendrás a dar a los hombres la libertad

Celebramos tu venida, Señor, medio de nosotros.

Esperamos verte pronto en nuestro caminar.

Que la noche se hace eterna, Señor, si tu no vienes.

Te pedimos el favor de tu luz.

Prisioneros de la muerte, Señor, andamos oprimidos,

deseando que tu gracia nos dé la libertad,

porque Tu eres para el hombre verdad, camino y vida

te pedimos vengas pronto, Señor.

Sé que vendrás al fin de los tiempos

para arrancar la fuerza del mal.

Sé que vendrás a dar a los hombres la libertad.

Que María de la esperanza nos conceda la paz, alegría y amor en nuestra espera. AMÉN