MARÍA Discípula y Misionera
“ ¡Dichosa por haber creído que de cualquier manera se cumplirán las promesas del Señor! “ (Lc 1, 4)
“ Alégrate, llena eres de gracia, el Señor está contigo” (Lc 1, 28), es el saludo del ángel mensajero de Dios que visita a María que trae buenas noticias. “Llena eres de gracia ” es la condición maravillosa del corazón de María, que ha sido colmado desde siempre de la gracia de Dios para acoger el mensaje que se hace vida en su seno a través de su santa concepción.
Gracia, fe y amor sin límites a Dios que le pide, a través del ángel, su aceptación para ser co -protagonista del misterio de la encarnación del Hijo de Dios por obra del Espíritu Santo
María acoge este llamado tan especial de ser Madre del Salvador María acoge este llamado tan especial de ser Madre del Salvador. Los riesgos eran claros, ¿Qué pensaría José su prometido, sería repudiada por él? ¿Qué actitud tomaría su comunidad si era rechazada por José? Pero el “SI” nace del corazón pleno de gracia, es un “Si" de amor de fe, de aceptación sin límites de la voluntad de Dios.
María desde los inicios de su camino, ejerce su discipulado María desde los inicios de su camino, ejerce su discipulado. La condición está dada, la gracia de Dios invade su corazón haciéndolo desde siempre, la tierra más fértil para aceptar el amor del Padre. Su “Sí , hágase en mi lo que has dicho” (Lc 1, 38) es la respuesta al llamado especial de Dios. “Dichosa por haber creído” (Lc 1, 45) La virgen María, Madre del salvador y madre nuestra, es la primera discípula y misionera por ser la primera en recibir a Cristo, en acogerlo en su seno y la primera en anunciarlo.