Los Santos Padres veían la encarnación como la salvación. Pero la divinización la recibiremos hasta que el Espíritu Santo sea enviado por Cristo Glorificado.
Los Santos Padres veían la encarnación como la salvación. Pero la divinización la recibiremos hasta que el Espíritu Santo sea enviado por Cristo Glorificado. (Jn 7, 39) Se encarna para divinizarnos y nos hace partícipes de su filiación.