Saber las similitudes que existen entre el tiempo y el mensaje de Isaías y nuestro propio mensaje contemporáneo.

Sentir la necesidad de experimentar el mismo sentido de majestad y purificación que sintió Isaías

Hacer la resolución de buscar esa purificación y responder al llamado de Dios para ti y los miembros de tu clase

I.   Ver a Dios (Isa. 6:1-10) A. Hemos estudiado acerca de diversos personajes bíblicos que fueron “llamados”. ¿Hay algo distintivo en el llamamiento de Isaías? B. La sección del lunes dice que esta experiencia afectó “todos los sentidos de Isaías”. Analiza con la clase qué significa esto.

II. Purificación y llamamiento (Isa. 6:8)  A.  La sección del martes señala que Isaías respondió al llamamiento antes de recibir una tarea. Analiza la importancia de esto en tu clase. ¿Qué tiene que ver esto con nosotros?

III. Una tarea difícil (Isa. 6:8) A.  ¿Por qué Isaías necesitaba pasar por esta experiencia registrada en Isaías 6? Él ya era un sacerdote y un líder religioso. B.  Pregunta a la clase cómo se sienten cuando Dios llama a una persona en una situación tan poco prometedora como la de Isaías. C.  ¿Qué tiene que ver con nosotros la frase “luz de las naciones” (Isa. 49:6)?

El profeta Isaías aceptó una misión dada por Dios que era impopular y, de muchas maneras, sin recompensas. También era una misión que terminó con su vida, al ser cortado en dos con una sierra. Y, no obstante, por medio de su ministerio, hubo vidas cambiadas y el poder de sus palabras todavía se siente hoy.

Una parte central de la misión de Isaías era reformar el reino de Judá, al sur. Habló contra el pecado y la corrupción, y en contra de la rebelión de la Nación contra Dios. Él preveía el día en que la misión de Judá sería la de representar a Dios ante el mundo. Judá no debía seguir mirando hacia adentro; tenía un propósito misionero para todas las naciones.

En Isaías 6, el profeta encuentra la insondable vastedad de la majestad de Dios, y llega a ser un momento definitorio de su vida; su perspectiva de Dios, de sí mismo y de su misión cambió en un instante. ¿Hemos tenido nosotros también un encuentro con Dios?

I. Tiempos inciertos El encuentro de Isaías con Dios vino en un momento de inseguridad personal y nacional. ¿Por qué la falta de certeza tan a menudo es un catalizador para hacer un nuevo examen personal? ¿De qué modo Dios obra por medio de estos eventos para conectarse con nosotros?

II. Una nueva perspectiva de Dios “Cuando los peligros asedian al pueblo de Dios [...] Dios invita a contemplarlo sentado en su Trono, dirigiendo los asuntos del cielo y la tierra, a fin de que los suyos se reanimen y tengan esperanza” (4 CBA 169)

II. Una nueva perspectiva del yo ¿Por qué el ángel tocó la boca de Isaías para representar su redención? ¿Por qué los labios, la lengua o la boca tan a menudo se usan en las Escrituras como símbolos para indicar el estado del corazón? (Prov. 12:13, 14; Mat. 15:8-10; Sant. 3:6).

¿cómo podemos abrirnos más plenamente a una experiencia con Dios? : Elige un momento y un lugar, esta semana, para concentrarte deliberadamente en quién es Dios y lo que él ha hecho en tu vida. Pídele a Dios que te dé una comprensión más profunda de su voluntad para tu vida. Toma tiempo cada día para orar

Queremos que el carbón encendido sacado del altar se coloque sobre nuestros labios. Queremos oír las palabras: "Es quitada tu culpa, y limpio tu pecado". El carbón encendido es símbolo de purificación. Si toca los labios, ninguna palabra impura saldrá de ellos Conflicto y valor, p. 234

La sociedad dice que la humildad no es el camino al éxito La sociedad dice que la humildad no es el camino al éxito. Sin embargo, Isaías tuvo que verse a sí mismo como era realmente –pecador sin esperanza, un fracaso– antes de que Dios pudiera usarlo.