Saber la historia y las contribuciones de Felipe en el surgimiento y el progreso de la iglesia primitiva. Sentir afinidad por Felipe y su misión. Hacer la decisión de ministrar como Felipe lo hizo.

I. Felipe, el evangelista (Hech. 8:6) A.  La evangelización es un don espiritual específico (Efe. 4:11) dado por el Espíritu Santo.  B. Felipe es un notable ejemplo de evangelistas en el Nuevo Testamento. C.  Sin embargo, enfatiza a la clase que no todos los cristianos son evangelistas, pero todos los cristianos son testigos.

II. El llamamiento al discipulado (Juan 12:26) A. Todos los cristianos también son llamados al discipulado. B. El discipulado significa que una persona se hace disponible, dispuesta, responsable en la causa de Dios. C. Pide a tu clase que identifique estos aspectos del discipulado en el llamamiento de Pablo, en Hechos 9. D.  ¿Cómo puede testificar tu clase en una forma efectiva aun cuando pocos miembros hayan sido llamados a ser evangelistas?

Felipe proporciona otro ejemplo poderoso de lo que Dios puede hacer por medio de alguien que ha dedicado su vida a él. Sea testificando al eunuco, compartiendo el evangelio con los gentiles en Samaria o convirtiendo a Simón el mago, la única meta de Felipe era elevar el nombre de Jesús.

Para una vida de intriga, suspenso y emociones, sin embargo, no necesitamos mirar más lejos que a Felipe, tomado de las filas de los feligreses de Jerusalén, primero para servir comidas, luego para compartir el Pan de vida con otros.

I. Un don con un propósito Cuando Dios realmente da un don espiritual a alguien, lo hace con un propósito específico, no para entretenimiento. Felipe recibió sus dones espirituales para realizar la obra del evangelismo; señales y maravillas eran necesarias en la iglesia primitiva para confirmar el mensaje. Hoy, Dios todavía equipa a los que él llama, pero con dones adecuados a la tarea inmediata

II. Un servicio especificado Nadie sabe el destino, o los destinos, que Dios tiene preparados para nosotros en esta vida. Sin embargo, con planificación y corazones abiertos, ¡podemos ser conducidos a lugares que nunca pensamos que iríamos y a gente necesitada de Jesús!

III. Guiado por Dios Felipe vio personalmente el peligro de seguir a Jesús cuando su amigo y compañero diácono, Esteban, fue apedreado. Tal vez en la aventura de su vida con subidas y bajadas hubo momentos en que cuestionó la conducción de Dios y se preguntaba dónde debería ir y qué debía hacer. Pero, en última instancia, Felipe descubrió que cuando iba donde Dios lo enviaba, siempre era el mejor lugar donde estar.

La historia de Felipe es fascinante, emocionante y, como hemos dicho, milagrosa. Pero no es una persona a la que vemos cuando consideramos a los grandes héroes de la Biblia. Felipe no era de estirpe real, nunca venció a un gigante y no hay ningún libro de la Biblia con su nombre.

Es maravilloso tener ambiciones y el deseo de mejorar tu situación en la vida. Esto es lo que la educación y el trabajo esforzado pueden ayudar a cualquiera a lograr. Pero, a lo largo del camino, no te olvides de ayudar a otros, tanto por instrucción como por servicio

Ángeles celestiales están velando sobre los que buscan luz y cooperan con los que tratan de ganar almas para Cristo. Esto se puede ver en la experiencia de Felipe y el etíope The Bible Echo, 12-10, 1900

La promesa del Espíritu no se aprecia como se debiera La promesa del Espíritu no se aprecia como se debiera. Su cumplimiento no se comprende como se podría. La ausencia del Espíritu es lo que hace tan impotente el ministerio evangélico. Se puede poseer sabiduría, talentos, elocuencia, todo don natural o adquirido; pero sin la presencia del Espíritu de Dios no se conmoverá a ningún corazón ni ningún pecador será ganado para Cristo.. PVGM, pp. 264