Lo que hizo Jesús por ti ♫ Enciende los parlantes HAZ CLIC PARA AVANZAR

Creía que Dios no lo podía perdonar. En Pascua, Jesús hizo algo maravilloso por nosotros. No obstante, ¿cómo se traduce eso a nuestra vida cotidiana? Se cuenta que en cierta ocasión había un hombre que sufría grandes remordimientos de conciencia a causa de un pecado grave cometido en su juventud. Creía que Dios no lo podía perdonar.

Cierto día oyó hablar de una anciana que tenía la facilidad de conversar con Dios. Se armó de valor y decidió ir a ver a la anciana. Mientras tomaban café, le preguntó si le podía hacer el favor de consultar algo a Dios de parte suya. —Con mucho gusto —repuso ella—. ¿De qué se trata? —Tendría la bondad de preguntarle a Dios ¿qué pecado cometí en mi juventud? Llena de la curiosidad, la mujer aceptó, de buen grado, hacerlo.

—Que no se acuerda —repuso. Varias semanas después, el hombre fue a verla de nuevo. Lleno de timidez y con algo de miedo, le preguntó: —¿Señora, ha conversado con Dios últimamente? La anciana le respondió: ¡Sí!. También le pregunté a Dios cuál había sido el pecado cometido por usted en su juventud. El hombre muy nervioso, no sabía qué hacer. Finalmente se atrevió a decir: —Y Dios ¿qué le respondió? La anciana permanecía en silencio mirándole. —Que no se acuerda —repuso.

«Perdonaré la maldad de ellos y no me acordaré más de su pecado». Jesucristo, por haber sufrido el castigo de nuestros pecados, hizo que Dios ya no se acuerde de ellos, ni nos los eche en cara «Perdonaré la maldad de ellos y no me acordaré más de su pecado». Jeremías 31:34.

Al contemplarte, me lleno de asombro, de esperanza y de paz. ORACIÓN       ¡Qué extraordinario es tu amor, Señor! ¡Es indescriptible! ¡Cuánto has sufrido por mí!  ¡Qué alegría debiste de sentir cuando resucitaste y te diste de cuenta de tu Obra Redentora había terminado! Habías alcanzado la salvación para toda la humanidad. Resurgiste victorioso, feliz, libre de las ligaduras y las garras de los hombres malvados, sabiendo que nunca tendrías que volver a pasar por lo mismo y que nos habías librado de tener que hacerlo.    Al contemplarte, me lleno de asombro, de esperanza y de paz. Tu amor me ayudará a superar cualquier tribulación a la que me enfrente, desde ahora hasta la eternidad. Amén.