UNA NUEVA GEOGRAFÍA POLÍTICA Y ECONÓMICA

Las guerras napoleónicas Napoleón Bonaparte fue uno de los más destacados militares de la Revolución Francesa y el encargado de difundir sus ideales e instituciones. En 1800 Napoleón Bonaparte ocupó el cargo del primer cónsul. Para gobernar los reinos ocupados, impuso miembros de su familia, los cuales fueron los encargados de implementar programas liberales y, en consecuencia, acabar con los absolutismos del Antiguo Régimen. Finalmente Napoleón Bonaparte fue derrotado por Inglaterra y Rusia en la batalla de Waterloo.

Las independencias americanas Sin la presencia de un Rey para ejercer la soberanía dos opciones se abrieron para los americanos: Uno: realizar juntas locales que gobernaran mientras regresaba el monarca. Dos: aceptar como autoridad a una junta general de España. En América del Sur la junta de Caracas, a cuya cabeza se encontraba Simón Bolívar, declaró la independencia en 1811. Pedro, hijo del rey Juan VI, proclamó la independencia de Brasil en septiembre de 1822 y se convirtió en rey de ese país.

El Congreso de Viena y la Santa Alianza Las naciones europeas convocaron en Viena, capital del imperio austriaco, un congreso en busca de lograr la paz en el continente y detener las ideas revolucionarias. [En primer término buscaron acuerdos para la paz en el continente fuera duradera, se establecieron nuevas fronteras y se buscó restaurar el absolutismo.] [Apareció la “teoría de la legitimidad” en la cual los príncipes legítimos serían los gobernantes de sus naciones siempre y cuando respetaran las fronteras acordadas.] -La época que va de 1814 a 1830 se le conoce como la época de la Restauración. En el congreso de Viena, y por iniciativa del zar de Rusia Alejadro I, se formó una asociación de gobiernos a la que se llamó Santa Alianza, la cual tenía como objetivo: Defender la religión cristiana ante lo que ellos consideran los ataques antirreligiosos de los simpatizantes de los ideales de la Revolución Francesa. Esta alianza quedó conformada por Prusia, Austria y Rusia.

La revoluciones de 1830 y 1848 En España, Portugal, Austria y Francia estallaron revoluciones que lograron una democratización política. Para 1814 los más adinerados, incluida la nobleza, eran los únicos que podían elegir y ser electos para participar en los procesos electorales en Europa. La crisis agrícola y el desabasto de comida en las ciudades provocaron en Francia, en 1848, una nueva revolución que terminó con la abdicación del rey y la reposición de la república. Ninguna de estas revoluciones favorecieron las condiciones de vida de los trabajadores, sino que representaron la victoria de la burguesía sobre la clase obrera que estaba en formación y el poder aristocrático.