¿quién dicen que soy yo?” DOMINGO XII Tiempo Ordinario – Ciclo C “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano.

“Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío” Salmo 62

Lucas 9, 18-24 “Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó : ¿Quién dice la gente que soy yo?

¿La respondo con cada pensamiento, con cada sentimiento Una pregunta que no puede quedar sin respuesta. Una pregunta que también se nos hace a ti y a mí. Una pregunta que no acepta una respuesta de fórmula. Exige una respuesta desde mi vida real, desde mi cada día. ¿La respondo con cada pensamiento, con cada sentimiento y con cada acción diaria?

Pero Jesús no es sólo una gran figura humana. Él no es sólo hombre. Ellos contestaron : Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Pero Jesús no es sólo una gran figura humana. Él no es sólo hombre.

Él les preguntó : Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Pedro tomó la palabra y dijo : Tú eres el Mesías de Dios. Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie.

No podemos hacernos una imagen de Jesús que nos agrade o convenga. ¡ES EL MESÍAS! “Cristo viene de la traducción griega del término hebreo Mesías que quiere decir ungido” Cat. 436 “El ángel anunció a los pastores el nacimiento de Jesús como el nacimiento del Mesías prometido a Israel : Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor” Cat. 437 Como ungido, como Mesías, Cristo fue enviado para instaurar definitivamente el Reino de Dios.

Y añadió : El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.

y la gloria que su Misión tenía. Jesús plantea su Misión, con las dificultades y los dolores que implicaba. Pero también con el poder y la gloria que su Misión tenía. ¿Hemos pensado que seguirlo puede significar lo mismo para nosotros?

Y, dirigiéndose a todos, dijo : El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la salvará”. Palabra de Dios

Pidió al Padre ser liberado de ella, si esa era su Voluntad. Jesús no deseó la cruz. Pidió al Padre ser liberado de ella, si esa era su Voluntad. Por amor a nosotros la aceptó y la abrazó. Cuidamos nuestra vida, porque es don de Dios. Pero no estará exenta de “cruces”. Si abrazamos con Jesús la cruz de los diarios sufrimientos, ganaremos serenidad ahora y gloria después.

que en mi debilidad se manifieste Amado Señor Jesús, que en mi debilidad se manifieste tu fuerza. Tú eres mi Señor y Salvador. «Sean misericordiosos, como también su Padre es misericordioso» Lc 6, 36 Barthimeus, Instituto para el Progreso Humano