Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 12º Domingo del tiempo Ordinario.

Presentación del tema: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 12º Domingo del tiempo Ordinario."— Transcripción de la presentación:

1

2 Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 12º Domingo del tiempo Ordinario

3 Hoy se nos invita a descubrir en Jesús: * al Mesías de Dios, * a identificarnos con Él, * y a seguirle. ¿quién es Cristo para tí?

4 La 1ª Lectura presenta a un hombre justo e inocente "traspasado", que despierta una actitud de conversión y vuelta a Dios. Juan identificó a ese misterioso personaje, a ese justo, con Jesús. La muerte de un justo es fuente de vida...

5 La 2ª Lectura afirma que, por el Bautismo, somos "REVESTIDOS de Cristo". Por ello, debemos renunciar a la vida vieja del egoísmo y del pecado, para vivir la vida de los hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.

6 El Evangelio muestra el camino del verdadero Mesías y de quien quiera seguirlo. El Mesías de Dios, el Hijo del hombre, tiene que padecer mucho.

7 Una vez que Jesús estaba orando solo, lo acompañaban sus discípulos y les preguntó:

8 ¿Quién dice la gente que soy yo?

9 otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas. Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, Ellos le contestaron

10 Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Él les preguntó:

11 Pedro respondió: El Mesías de Dios.

12 Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día. Porque decía: El Hijo del hombre tiene que padecer mucho,

13 Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue así mismo, tome su cruz cada día y me siga. Entonces decía a todos:

14 Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la salvará.

15 MI ALMA ESTA SEDIENTA DE TI, SEÑOR, DIOS MÍO. Salmo 62

16 Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. MI ALMA ESTA SEDIENTA DE TI, SEÑOR, DIOS MÍO.

17 ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. MI ALMA ESTA SEDIENTA DE TI, SEÑOR, DIOS MÍO.

18 Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos.

19 Porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo. Mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. MI ALMA ESTA SEDIENTA DE TI, SEÑOR, DIOS MÍO.

20 MIS OVEJAS ESCUCHAN MI VOZ, YYO LAS CONOZCO, Y ELLAS ME SIGUEN MIS OVEJAS ESCUCHAN MI VOZ, DICE EL SEÑOR, Y YO LAS CONOZCO, Y ELLAS ME SIGUEN