Clara Campoamor Abogada y política española (Madrid, 1888 - Lausana, 1972)

¿Quién es Clara Campoamor? Clara Campoamor es una abogada, política, traductora y escritora española, célebre por su defensa del voto femenino en las cortes de la II República española. Clara Campoamor nació en Madrid en 1888, y su vida cambió cuando, con 1o años, perdió a su padre y tuvo que ponerse a trabajar. Trabajó como modista, dependienta y telefonista. Aprobó las oposiciones al Cuerpo de Telégrafos y llegó a ser profesora en la Escuela de Adultas.

Su carrera profesional Clara Campoamor inició sus estudios de bachillerato con 32 años. A los 35 años se matriculó en la Escuela de Derecho, obteniendo su título de abogada en tan solo 2 años. Mantuvo una intensa actividad como conferenciante en la Asociación Femenina Universitaria y en la Academia de Jurisprudencia, siempre con la vocación didáctica y de transformación social que marcaron su vida y su carácter. Asimismo, trabajó como abogada desde que terminó la carrera. Destacan su defensa en el caso de los sublevados de Jaca, en la que defendió entre otros a su hermano Ignacio. También fue muy conocida por defender los derechos de filiación de las personas menores de edad, y luchó para que desapareciera la distinción entre “hijos naturales” e “hijos legítimos”.

La lucha por el sufragio universal Tras proclamarse la II República española el 14 de abril de 1931, Clara Campoamor fue elegida diputada con el Partido Radical, al que adhirió por su “vocación laica, republicana, liberal y democrática”. Formó parte de la Comisión constituyente que elaboró el proyecto de la Constitución de la nueva república. En dicha Comisión, luchó por establecer la no discriminación por razón de sexo, la igualdad jurídica de los hijos e hijas habidos dentro y fuera del matrimonio, el divorcio y el sufragio universal. Consiguió todos sus objetivos, excepto lo relativo al voto, que contó con oposición por parte de sus compañeros en la Comisión constituyente y tuvo que debatirse en las Cortes de España. Tras un intenso debate, en el que tuvo que luchar contra las posiciones retrógradas de muchos diputados -que preferían mantener la dualidad de defender una República democrática mientras amputaban uno de los derechos democráticos fundamentales a la mitad de la población-, finalmente consiguió que se aprobara el sufragio universal.

Clara Campoamor y la Constitución « Resolved lo que queráis, pero afrontando la responsabilidad de dar entrada a esa mitad de género humano en política, para que la política sea cosa de dos, porque sólo hay una cosa que hace un sexo solo: alumbrar; las demás las hacemos todos en común, y no podéis venir aquí vosotros a legislar, a votar impuestos, a dictar deberes, a legislar sobre la raza humana, sobre la mujer y sobre el hijo, aislados, fuera de nosotras. » Artículo 35. No podrán ser fundamentos de privilegio jurídico: la naturaleza, la filiación, el sexo, la clase social, la riqueza, las ideas políticas ni las creencias religiosas. El Estado no reconoce distinciones y títulos nobiliarios. Artículo 36. Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes. Artículo 43. La familia está bajo la salvaguardia especial del Estado. El matrimonio se funda en la igualdad de derechos para ambos sexos, y podrá disolverse por mutuo disenso o a petición de cualquiera de los cónyuges, con alegación en este caso de justa causa. (…) Los padres tienen para con los hijos habidos fuera del matrimonio los mismos deberes que respecto de los nacidos en él.

Clara Campoamor: la mujer olvidada (serie de televisión de RTVE) Minuto 1:19:48 – 1:20:30

Su vida en el exilio Tras el estallido de la Guerra civil española, en julio de 1936, Clara Campoamor tuvo que exiliarse en primer lugar a Francia, y a continuación a Buenos Aires. Vivió durante 10 años en Argentina, donde continuó ejerciendo como escritora, abogada y conferenciante, además de realizar trabajos de traducción. En 1955 se instaló en Lausana (Suiza), donde trabajó como abogada y desde donde continuó luchando por los derechos de las mujeres en diversos organismos internacionales. Murió de cáncer en 1972, a los 84 años, sólo un año después de la aprobación del sufragio universal en Suiza y sin tiempo para vivir el fin del franquismo. Dejó para la posteridad una obra fecunda y escrita en un castellano sumamente elegante. Sus libros resultan fundamentales para comprender la historia contemporánea de España, y están plagados de sentido crítico, agudeza e ironía.