Nikola Mentlíková Laura Martínez

1914 – 1918 Cuatro años, tres meses y catorce días. Atentado al archiduque Francisco Fernando d’Este (Franz Ferdinand d’Este). En Serbia murió, por este mismo bando. Los Aliados (Triple Entente): Gran Bretaña, Francia, Rusia, Italia y los Estados Unidos. Las Potencias Centrales (Triple Alianza): Alemania, el Imperio Otomano, Bulgaria y el Imperio Austrohúngaro.

Las fronteras principales En Europa eran 3 fronteras principales: La frontera del sur (Austria-Hungría contra Serbia) La frontera del oeste (Alemania contra Francía, Inglaterrra) La frontera del este (Austria-Hungría, Alemania contra Rusia)

El territorio de Austria-Hungría estaba formado por algunas partes de lo que ahora son los países de República Checa, Eslovaquia, Hungría, Austria, Italia, Polonia, Rumania, Croacia, Eslovenia y Serbia.

Más de 1,4 millones de checos pelearon en el ejército para Francisco José I, de los cuales murieron 130.000, es decir, uno de cada diez. Las tierras checas del Imperio Austro-húngaro participaron sin entusiasmo, pues eran obligados a luchar contra los rusos y serbios. En muchos casos las familias no recibieron ninguna información sobre los caídos. “Cuando acabó la guerra, en la estación de Královice esperamos toda la familia a que llegara papá. Pero papá no llegó. Los soldados nos dijeron que vendría directamente a casa, pero ya estaba muerto”. Marta Červená, hija de Václav Šindelář (Caso real)

Algunos soldados checos al servicio de Austria-Hungría huyeron para integrarse en los legiones checoslovacas independentistas que se estaban formando en Francia y Rusia. La legión checoslovaca-rusa tuvo 60.000 hombres del lado de Los Aliados, de los que perdieron la vida alrededor de 4.000. Lo que fue un factor clave para obtener la independencia de Austria-Hungría.

Durante la guerra, entre los checos se dieron numerosos abandonos, aunque no siempre por sentirse en contra de sus hermanos eslavos y el descontento de usar el uniforme austro-húngaro. En muchos casos fueron a causa del miedo y la bestialidad de la guerra. Muchos pensaban que al tirar la pistola y ser encontrados, se librarían de la lucha. O autolesionarse, que por el Ejército, eran muestras de cobardía, y se castigaba con pena de muerte.

“Vamos a luchar contra los rusos y no sabemos por qué”. “Hermanos eslavos” Los checos fueron mejores guerreros en el frente italiano que en el ruso. En el primero se produjeron menos traiciones y los checos lograron fama de buenos militares. Contra Rusia no porque debían enfrentar a sus “hermanos” eslavos.   Este es un fenómeno que se refleja también en varias obras literarias sobre la guerra. Sobre todo en la novela 'El Buen Soldado Švejk' (Dobrý voják Švejk) del escritor checo Jaroslav Hašek, que también participó en la guerra. Y con el conocido coro: “Vamos a luchar contra los rusos y no sabemos por qué”.

Gracias por su atención.