Seminario de Jóvenes LA SEXUALIDAD Parte VII El Noviazgo de Éxito Seminario de Jóvenes LA SEXUALIDAD Parte VII Departamento de Jóvenes de la Asociación General

Objetivo: Este seminario tiene el objetivo de presentar algunos pasos previos vitales para la correcta elección de la pareja que nos acompañará el resto de nuestra vida.   “Pedid y se os dará, buscad y hallareis, llamad se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe y el que busca, halla, y al que llama, se le abrirá” (Mt. 7:7-8). Base:

VII. SEXUALIDAD La sexualidad es importante porque Dios la creo. Pero tiene su momento y lugar: Dentro del matrimonio. Las relaciones prematrimoniales son pecado: “Sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre” (Hch. 15:20). “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos” (Ef. 5:3).

¡Cuántas bendiciones dimanan de obedecer la Palabra de Dios en este terreno! Pareciera una estricta y arbitraria prohibición de parte de Dios, pero no es así, más bien es una gran bendición para la pareja. Cuando se dan las relaciones prematrimoniales se rompe la confianza mutua. Ella piensa que si llegó con ella también lo puede hacer con otras. El piensa que si accedió a su deseo también puede acceder al deseo de otro. Se genera como un resentimiento en vez de hacer crecer el amor. Acordémonos del caso de Amnón y Tamar la hermana de Absalón.

La abstinencia prematrimonial en primer lugar nos ayuda a aprender a cumplir la voluntad de Dios: Él dice no y es no, porque sabe lo que más nos conviene. Evita embarazos no deseados, lo que significa evitar el sufrimiento futuro a esos niños que se concibieron por pasión o por lujuria (en muchos casos los padres biológicos no aceptan su responsabilidad), evita abortos, la transmisión de enfermedades sexuales, evita que existan tantas madres solteras con todo lo que conlleva, evita el daño que provoca tener una conciencia culpable, evita que él o ella se casen por cubrir el expediente o por obligación.

Mientras las personas se están conociendo no debe haber familiaridades Mientras las personas se están conociendo no debe haber familiaridades. El amor debe florecer pero no el amor eros que se circunscribe al matrimonio. Hay que hablar, conocerse y llegar al compromiso mas serio. Este compromiso debiera estar aprobado por Dios. La familia tiene también un peso en este asunto y también los lideres de la iglesia. Los novios deben aprender a esperar, deben manifestar paciencia. La impaciencia no es amor, sino deseo egoísta.

El noviazgo no es un período en el que obtenemos la licencia para los besos de pasión, las caricias íntimas, sino un tiempo de poner límites y más a medida que se acerca la fecha del matrimonio. “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo... Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser” (1 Co. 13:4-5).

Los besos y los abrazos debemos dejarlos para la etapa del noviazgo denominada “Compromiso“. Es en esta etapa cuando la pareja, los padres de los involucrados en la relación, y los líderes de la iglesia, confirman la relación y la pareja sin pasar mucho tiempo ya hablan al menos de un proyecto firme de casamiento. El limite de los afectos lo marcaria el hecho de que no se pueda hacer delante de los padres y amigos tampoco se hace solos. Sería bueno tratar a la novia como te gustaría que trataran a tu hermana.

Aunque decimos que un novio puede besar a su novia cuando están en la fase de compromiso serio de su noviazgo, deben recordar que aún no son marido y mujer y que tienen que tener límites. El varón es fácilmente excitable y él nunca llegará más allá de lo que ella le deje. Las jóvenes deben tener bien claro esto: “¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen?” (Pro. 6:27-28).

Dejarse aconsejar es una señal de madurez y sensatez Dejarse aconsejar es una señal de madurez y sensatez. Cuantos problemas se evitarían los jóvenes si escuchasen el consejo. “Hijo mío, esta atento a mi sabiduría y a mi inteligencia inclina tu oído. Para que guardes consejo… Ahora pues oídme, y no os apartéis de las razones de mi boca… Y digas: Como aborrecí el consejo. Y mi corazón menosprecio la reprensión. No oí la voz de los que me instruían y a los que me enseñaban no incline mi oído” (Pr. 5:1-2, 12-13).

“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino se ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1 Tim. 4:12). “Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas” (Tit. 1:15). “No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna” (Gál. 6:7-8).

No es fácil controlarse en un mundo que vive en descontrol en el área sexual. Por doquier hay insinuaciones al pecado sexual; pero los novios deben ceñirse a la Palabra de Dios si desean tener matrimonios de éxito. Jesús está dispuesto a dar su poder a los jóvenes, como se lo dio a José: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil. 4:13). A través de la fe Cristo viene a morar en el alma del joven que le acepta como su Salvador: “Cristo vive en mí” (Gál. 2:20).

Si Cristo vive en el joven, éste recibirá el poder de Cristo para vencer la tentación, porque la promesa lo garantiza: “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros” (Ro. 6:14). “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Tim. 1:7). La pureza sexual es más que abstenerse de cometer fornicación, practicar la homosexualidad... También es abstenerse de las fantasías sexuales, de la pornografía, de la masturbación.

Los recursos que tuvo José en Egipto, el país de las tentaciones sexuales, son los mismos que Dios da a los jóvenes de este tiempo, a fin de permanecer puros hasta el matrimonio. No se necesita “probar” antes de casarse para adquirir experiencia y no ir al matrimonio con ignorancia. Esto es una trampa del enemigo. Se necesita sencillamente hacer lo que Dios ordena y eso sí trae una gran bendición, coloca tu sexualidad bajo el control del Espíritu Santo.

Siembra un pensamiento sano: Cosecharás un acto sano. Siembra un acto sano: Cosecharás un hábito sano. Siembra un hábito sano: Cosecharás un estilo de vida sano. Siembra un estilo de vida sano: Cosecharás un destino Santo. Recuerda que has sido llamado a vivir como las águilas, en las alturas de la excelencia y no a arrastrarte por el barro de la vida.